Hoy justo 25 meses

 

 

                       

 

 

 

Otro día como hoy hace dos años y un mes, el gobierno de este país, y el gobierno de Extremadura, celebraron en pleno campo de Villareal de San Carlos y entre las notas de la V Sinfonía de Beethoven, la puesta en largo del Parque Nacional de Montfragüe. Me viene de nuevo el asunto a la memoria porque me acabo de encontrar entre papeles recogidos, una nota de un periódico ovetense, de este verano, donde aparece un colectivo variado y andaluz anunciando quejas y rechazos a que el conducto que alimentaría (o alimentará) la Refinería proyectada en la extremeña Tierra de Barros, pase por zonas repletas de altos riegos si llegase a producirse alguna fuga. No he vuelto a saber más aunque sí he recuperado un sencillo conocer de mi madre, que comentaré en esta fechas.

 

El caso es que me huele raro que Europa no ha dicho voz alguna sobre la Refinería, y no estoy muy seguro que ello se deba a que ahora han de paralizarse muchas decisiones por la vecindad del proceso electoral. Europa, afortunadamente, no me parece que funcione así.

 

Refinar lejos de la costa creo que cada vez será más complicado al igual quelo parece construir cerca de la costa; me explico: explotada la burbuja financiera, energética, automovilística y constructiva, por mucho buen éxito que tuviese el reverdecer económico de hace 25 meses, lo único que volvería a producir sería otra crisis más infecta y más grandiosa. Hemos empujado las ideas hacia otro tipo de uso energético, estamos desplazando presunciones, ya no hay cosa tan clara sobre el oro negro, sobre los coches, sobre los pisos,…

 

Lo que más me asusta es quedarme sólo con la sospecha, una vez que los dos grandes partidos políticos extremeños y los grandes sindicatos están convencidos de que tan discutido proyecto solventará en mucho el angustioso problema laboral. Tampoco me importa tanto la soledad de la duda, a ver si así me doy un alegrón cuendo el futuro se encargue de demostrarme el error y podamos brindar por nuestras tierras y nuestras gentes.

 

Ya me he puesto seriamente a dudar y, lamentablemente, no encuentro soluciones ágiles, convincentes e inmediatas para que las trabajadoras y trabajadores se dignifiquen con puestos de trabajo ilusionantes. Lo siento por ellas, por ellos.

 

Sólo encuentro algunos comentarios que iré desgranando, si es que ustedes consienten el atrevimiento.

 

Goyo

17-abr-09

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