Hormigones y árboles

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Afirmar que la mayoría de los empresarios españoles son de izquierda porque son pobres empresarios, tiene una gran ventaja: los que realmente son de izquierda se sienten reconocidos y no pobres, siguen pensando bien y se animan para llegar a ser más ricos con honestidad. En el polo opuesto, el mundillo empresarial que se sienten de derecha, creerá que la anterior afirmación es una tontería,… o quizá no se sientan tan ricos como se creen y sean realmente unos pobrecitos.

El caso es que el otro día conocí a otro empresario confeso de izquierda (de izquierdas, sí) de esos que disfrutan sintiéndose hábiles porque sus compadres trabajadores ganan alegres su buenos dineros. Se dedica el hombre y su gran cuadrilla al asunto del hormigón; hasta tal punto extenso y amplio que ahora bien lo vierte en Brasil porque por aquí parece que andamos a punto de “full”.

Y, rápidamente, se me viene a la mente mi esquema y le sugiero -antes anunciándole mi posible atrevimiento- que si aceptaría que su empresa abanderase como oferta distintiva y peculiar, el regalo de un árbol por cada cien metros cuadrados de hormigón, o medida similar que armonizase cantidades de gris hormigón con arbolitos tiernos que después la otra empresa, la institución o la administración pública se dedicaría a su conservación y cuidado. Y va y la hace suya.

Lo que anuncio con la debida alegría porque no hemos registrado la idea como propiedad intelectual, a fin de que sea más llevadero y sin SGAE, el que otras empresas –de izquierda o de derecha- puedan dedicarse a planificar su beneficios en función del número de árboles sembrados.

Además, usted sigue con el derecho y el deber de sembrar un árbol cuando le apetezca; mucho más ahora, que acaba de llover en todas las tierras secas. Y sin necesidad de ser empresario.

Otra banderita para esta empresa madrileña.

Goyo
20-ene-10
Bande

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