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En los tiempos de anuncios de intenciones, las palabras superan a las ideas, y así nacen de nuevo ideas y palabras. Incluso a través de un juego que liquida a los forasteros. De esta nueva idea y nueva forma de palabra, tiene la culpa la empresa, que es ahora la entelequia donde se cuelgan los garabatos sociales.
Mucha oreja con las frases de intendencia electoral. El ímpetu bélico produce monstruos.
«Lo mismo para todos«, ha defendido Sánchez-Camacho, «…los inmigrantes han de tener igualdad de derechos y obligaciones».
No obstante, varios militantes del PP catalán han expresado sus quejas por que haya inmigrantes que acepten cobrar la mitad de sueldo que españoles por hacer un mismo trabajo.
Vaya, -me pregunto- ¿ acaso éste no es un claro ejemplo de la competitividad requerida para salir de la crisis ?
Goyo
17-nov-10