Dos payasos

dos payasos

Quizá es que no nos hayamos educado en el disfrute de otros sentidos. Lo que se oye y lo que se ve, son las principales fuentes de la que sigue bebiendo nuestro limitado conocer. Viendo esta magnífica fotografía con la que hoy nos regala «El País» , no quiero evitar el copy/paste para ayudarme a ejercitar el escondido sentido que da origen a los sentimientos. A mí me comunica una tristeza añadida.

Estas aves de nombre fresco (fratercula arctica) también reciben el nombre de «payasos», que antes yo sólo las conocía por el nombre de «frailecillos». Surge la noticia porque aparecen en las costas cantábricas un preocupante número de aves muertas sin conocerse aún la causa. Casi lo mismo parece que ocurre con las abejas (apis mellifera) y algo más raro ocurre con el homo sapiens sapiens. En el caso de los humanos, parece que la causa mejor estudiada es el asunto de las guerras; pero que me dicen que no acaban de encontrar remedio.

La foto puede traducir algunos mensajes y algunas preguntas a quienes -como yo- tenemos la suerte de que la ventana que recoge información visual siga funcionando.

La imagen está asentada sobre un lóbrego fondo gris oceánico, tal vez robado de los cielos turbios de Madrid.

De las flores, – quizá una bellis annua de la familia de las asteráceas, – unos dicen que se abren cuando a su lado se posan los payasos, otras opinan que los payasos se acercan cuando las flores se abren. En todos los casos, el negro, el blanco, el verde y el rojo conjugan vida sobre el gris mortecino.

Otra vez me ronda la molestia léxica: a veces utilizamos el término «payaso» como apropiado para una persona que se aplica en la poca seriedad, a veces, aplicado a la persona que se aplica en la gracia inteligente. Aún sigo en la duda de cómo calificar al homo sapiens sapiens.

Goyo
13-abril-11
Una banderita para los payasos de este mundo
Bandejpg

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