Diezporciento.

diezporciento

Sin necesidad de someterme a pruebas neumológicas, seguro que mi capacidad pulmonar se ha reducido al menos en un 10% con respecto a la que tenía hace quince años. Sin ser experto cardiólogo, cualquiera podrá afirmar que mi potencial de bombeo sanguíneo también se ha reducido en porcentaje similar. Seguro que ya no puedo como antes levantar piedras de más de ochenta kilos, no creo que sepa resistir corriendo al trote más de dos kilómetros, la apnea mientras buceo seguro que ya no sobrepasa el minuto,… y así haciendo repaso y cuentas de mis capacidades, parece poco discutible afirmarme y reconocerme en la normalidad de un recorte general del 10% de mis potencialidades, si me comparo con la edad de los gloriosos años cuarenta. No obstante, me siento conforme y aún bien dotado en los ámbitos vitales y, las reducciones habidas, en realidad no las percibo como pérdidas: mera asimilación por adaptación.

Respecto a mi salud y sensación económica, la cosa ha ido al revés; pues a medida que ha transcurrido el tiempo, ha crecido mi holgura financiera en porcentaje similar al de las pérdidas biológicas. Este tipo de contraste parece que se defiende como ideal dentro de una sociedad que dice preocuparse por el desarrollo personal y por el bienestar social (?); no importa que al mismo tiempo existan miembros que a medida que transcurre el tiempo pasan a peor “condición financiera”. Cuando eso ocurre con excesiva frecuencia y descontrol, los expertos dicen que hay crisis.

Así, no me parece quebranto anunciar y afirmar que, si en la misma medida que han decrecido mis condiciones biológicas decrececiesen en mí las económicas, debido a un aumento de los impuestos que me han de retener para seguir asegurándose el bienestar social, no me da excesivo miedo «sufrir la inclemencia» si el resto de protecciones sociales generales siguen siendo las mismas; vamos, que soy capaz de aguantar una presión fiscal crecida un diez por ciento a la escasa presión fiscal que este estado del bienestar me organiza.

diezporciento

Seguro que puedo seguir disfrutando de los servicios de la comunidad con igual satisfacción aunque mi salario mensual disminuya un diez por ciento gravado por nueva carga fiscal. Presumo que esta misma sensación la puede tener alguna persona que supere el salario neto 1.500 €/mes. Deberíamos entender que las cuentas serían otras para las personas que perciben más de tres mil euros al mes. Yo me ofrezco voluntario a este condicionamiento. Bien creo que en algo se ayudará.

Claro, está esta oferta la daré por concluida cuando se cumpla una cualquiera de estas tres condiciones:

1.- Cuando el PIB nacional crezca en un porcentaje superior al 1,5% anual.
2.- Cuando el número de parados sea inferior a 3,5 millones.
3.- Cuando los representantes políticos de los gobiernos no sean carácter progresista.

Esto último me duele concertarlo así; pero hay demasiadas declaraciones de políticos conservadores que afirman convencidos de que lo que hay que hacer frente a este panorama es bajar los impuestos; esta creencia de que bajando los impuestos se aporta solución a la crisis -comprenderán ustedes- es absolutamente incompatible con la mía y, por tanto, porque yo no quiero chafarle a nadie la oportunidad de enderezar el actual entuerto, mi oferta no sólo sería inservible, sino contraproducente.

Goyo
24-feb-10

719

autoviacasar

Aquellos labriegos consiguieron que los nobles cacereños de la época les permitiesen edificar sus pequeñas -pero alineadas- cabañas a lo largo de la casi desaparecida «Vía de la Plata». No obstante, la poderosa avaricia y el querer poner freno a iniciativas de autogobierno aldeano, se compusieron para mandar mensaje de que, si bien tenían y podían estar en sus casas, los vecinos de aquel «casar» no podrían salir de ellas ya que pisarían entonces tierra del señor.

Esta mísera y repugnante amenaza rondaba las cabezas y alimentaba el desasosiego de la pequeña aldea; hubo entonces una organizada escritura, en un papel de la época, con el explicativo mensaje de protesta que llegó a manos del rey Sancho IV. El monarca concedió entonces el privilegio de que las labores y ganados del pueblecito pudieran a adehesar en terrenos medidos con radio de una legua. Así nació mi pueblo que desde entonces se llama Casar de Cáceres.

Sucedió la firma de tan transcendental documento un día como hoy, 18 de febrero, hace ya 719 años.

Esta noche vamos a celebrarlo.

Goyo
18-feb-2010

Pacto, pact, agreement, accord, deal, covenant,…

trabajo

Nos dice el DRAE que es «Concierto o tratado entre dos o más partes que se comprometen a cumplir lo estipulado«. O bien, la segunda acepción: «Cosa estudiada por tal concierto«. Parece rotundo que no está el tiempo ahora para el segundo significado ya que ni existe el concierto, ni hay cosa que estudiar.

Volvamos a la primera: muchas partes están dispuestas a celebrar un glorioso acuerdo que incluso sancionaría felizmente la sociedad. Tal acuerdo sería como una especie de llave maestra que nos abriría la puerta hacia el nuevo esplendor, acabándose pronto -tras la ceremonia bendecida- la época de brumas tenebrosas. Debería entonces haber sucedido que las partes que deben acordarlo se hayan reconocido autoras responsables del desconcierto que hace nacer la necesidad del concierto, confesión que ninguna ha mostrado. ¿Qué ha de pactarse si no hay cosa rota?. ¿Cabe entonces preguntarse ahora de qué rotura proviene la crisis?. O sea: la crisis aparece cuando se rompe ¿qué?

De los ingentes números de catedráticos y doctores de economía -que son los que saben pero recetan al mal tuntún- sale el conocimiento de que fueron las burbujas alegres y los abusos de los galimatías financieros; esos mismos que hicieron ver que España no era y que después de dos días: España era, porque lo habían escrito, en pérfido inglés, en un papel de un país que ni siquiera da muestras de admirar el proyecto social europeo y que hace horror a la moneda común.

Con toda esta sopa de inconsistencia, los sindicatos dicen organizar una huelga que, naturalmente, pasará de largo ante las fachadas de las entidades bancarias porque el panorama se presenta irremediablemente memo¿Las trescientas mil pequeñas empresas desaparecidas por falta de crédito, irán también a la huelga?

Mientras tanto, Oriente sigue en moto con combustibles financieros sólidos y líquidos; y nosotros,… con estos pelos tan occidentales.

Goyo
17-feb-10

Lo pasajero

Pierrot

Lo estamos pasando mal, ya queda menos.

Mientras, el partido que se dice popular ha decidido -electoralmente- no presentar programas o propuestas de mejora o contención,… ni ofertas de ayuda política pública,… porque cree que así obtendrá más apoyo dentro de dos años.

Prefiere que mucha gente lo siga pasando mal; bueno quizá no sea bueno decir «prefiere», digamos que no le importa tanto cómo lo pueda estar pasando el ánimo nacional. No parece dispuesto a ninguna concesión de buen ánimo. Se equivoca; sólo un año más así y quedará roto el apoyo que creen tener.

Unas coplas argentinas que conviene volver a remover.

¡ Aijuna pucha la vida ¡,
¡ qué cosa más despareja ¡:
¡ unos deshacen terrones,
otros van como en bandeja ¡.

Y el rico le dice al pobre:
“¡ Calavera, chupador ¡”,
y el rico chupa en su mesa,
y el pobre en el mostrador.

El que sin amar vive,
solo la pasa durando,
y es tarde cuando percibe,
que es un muerto caminando.

Goyo
12-feb-10

Terapia barata

Escurreplatos

Doña Economía transcurre y galopa según reglas que se explican doctamente a posteriori: tú te quedas sin subsidio de paro, o sin trabajo, y llega un buen catedrático y te riega de tesis que demuestran que la coyuntura requiere cambios estructurales. Si no lo entiendes, es como si lo apriorístico tuviese proximidad con lo que vaya a pasar luego.

Ahora, lo económico tropieza mal y torpemente por estas tierras y florece en las tierras cercanas donde el sol es naciente. Además, lo hace aquí con la abundancia del pobre, mientras que en otros lugares y pueblos se orienta, que quizá de ahí provenga el buen nombre de Oriente, sitio lejano repleto de mágicos y ricos monarcas.

En este juego burlón de conceptos y relaciones, todo el sabio occidente sufre la calamidad de un fenómeno mercantil extrañísimo: hay la misma cantidad de dirigentes decididos a remediar lo tuerto -sin lograrlo- que cantidad de aspirantes a dirigentes incapaces de señalar cual es el ojo malo. Aún seguimos atacados por estas bombas de racimo:

1.- Que la causa del mal está en la ingeniería financiera.
2.- Que la culpa ha de recaer en los dirigentes políticos.
3.- Que el remedio pasa por recordar que los pobres han de seguir siéndolo más.
4.- Que no se debe impedir a los ricos que aumenten sus riquezas como consecuencia de lo anterior.
5.- Que quien no lo entienda es que no es de este mundo.

La industria y la inteligencia financiera ha conseguido incluso que la mayoría de los ciudadanos asuman que el dinero público es bueno también para salvar a las grandes empresas y a los gruesos bancos. Esa misma ingeniería propagandística es la ha sido capaz de hacer creer que la octava potencia del mundo pasa a ser, en menos de una semana, de país arruinado a nueva economía emergente.

Eso sí, me cabreo cuando lo sigo entendiendo.

La inmensa y apropiada foto es de Chema Madoz.

Goyo
11-feb-10

La gran evasión

Capone

La foto muestra la celda que disfrutó Al Capone,por evadir impuestos, en la prisión del estado de Philadelphia.

Nuestra cultura monoteísta y el tripartito descompuesto (Cristianismo, Judaísmo, Islamismo) no nos han servido para dulcificar el poder racional de los impuestos; interesa y tiene más seguidores la burla y el escaqueo que la disposición abierta a participar proporcionalmente en las cuentas públicas. Yo para esto soy muy político, me creo a pie juntillas que mis retenciones y mis tasas se destinan con acierto a fines sociales dignos; pero sigo creyendo que si aportáramos más en «proporciones sostenibles» esta sociedad se colocaría más cerca de la Justicia. No quiero dedicar tiempo a buscar y mostrar qué piensa la filosofía hinduísta sobre la evasión fiscal: parece apreciarse que la gente ibérica carece de debilidades teológicas orientales; ni siquiera se muestra débil en la tradición que cerraba a España mientras el caballo pisaba -eso sí, santamente- cabezas musulmanas. O sea, que tampoco occidentales.

Afincados en la cultura de la cristiandad europea, hay que hacer notar que la noción moral que tiene un protestante sobre la hacienda pública y la que tiene un católico-romano son concepciones extrañamente distantes: por ejemplo, los calvinistas contemplan la evasión de impuestos como un pecado gravísimo, mientras que la cultura ética del catolicismo no dedica grandes esfuerzos a labrar este terreno,…publicitan y se conforman con una cruz.

Ahora que parece haber crisis incluso de dineros comunes, convendría -no sé si cocinar o recrudecer- eso de los secretos, los datos y las informaciones de dónde están los capitales y de cómo se mandoblan para hacer caer el precio de los plátanos o acelerar el comercio del coltan. Incluso una cena en un avión privado puede ser la raíz de un desplome bursátil de dos grandes bancos de Signapur, por decir algo aparentemente alejado.

Los casos ya son muchos; Alemania (de cultura luterana) parece inclinarse por recopilar datos de capitales que caen en Suiza, en países de América Central, la evasión es el deporte de los adinerados y famosos,… incluso en los hábiles talentos constructivos.

Existe una «Red de Justicia Fiscal» que trata de poner en claro las ventajas económica y sociales que conlleva el uso de los impuestos en las sociedades modernas; y de cómo los bendecidos paraísos fiscales maldicen infiernos de hambruna y enfermedad.

He oído decir que está escrito, que aquí, en nuestra España uno de cada cuatro euros está fuera del control estricto de la Hacienda Pública y que con el alcance de la economía sumergida podría sacarse a flote
ambiciosas atenciones sociales,… pero nos va más confesar en privado. Total, con pocas avemarías consigues que te salga «a devolver».

Goyo
10-feb-10

Viene empujando la solidaridad?

65h

Desatados se presentan los ánimos: «…que haga algo este ZP», «…que hagan algo los políticos!», «…que se tomen medidas»,… y así un rosario de inquietudes todas en el sector de la demanda y pocas en la oferta.

Convendría que alguien se ocupase de recopilar propuestas que al menos sean discutibles porque ya incluso se oye el mórbido ofrecimiento de que si don Francisco resucitase esto lo lo arreglaba en un mes.

Los medios de comunicación rebuscan incluso entre afamados economistas que son invitados a programas estelares, previo aviso de que «cada uno mantendrá su postura». Es decir, la ciencia económica sigue sirviendo para lo que servía antes: para explicar lo que todo el mundo sabe.

Habrá que recopilar propuestas, incluso propuestas de barra.

Yo tengo una, que procede del análisis de cosas pasadas, de aquel tiempo cuando se dijo que lo prudente era no obligar a que el trabajador tuviese una jornada de más de ocho horas diarias. Después se presentó «la coña» que en Europa se promoviesen las «65 horas«, ¿recuerdan?. ¿Los defensores populares de aquella propuesta la siguen viendo viable aún destronada de apoyo parlamentario?.

Hagan cuentas teóricas: hay un número de personas activas y trabajando en este país, que a una media teórica de ocho horas de trabajo dan un potencial horario nacional (PHN); dado que existe otro potencial de demandantes de empleo y queremos facilitar el reparto de lo escaso, dividamos el PHN entre el número de trabajadores, lo mismo esta cuenta nos lleva a las puertas de una jornada máxima de seis o siete horas, con la consiguiente y proporcional rebaja de salarios.

Esto es como lo de los 67, discutible; pero viene empujando el razonamiento.

Si es que nos inclinamos ante planteamientos solidarios.

Goyo
03-feb-09

Muchos ante el peligro

.
paro

Y muchas.

Nos recuerda Pepe Blanco (el otro Pepe Blanco fue el cantante de «Cocidito madrileño») que el paro es «el principal desafío al que se enfrenta el gobierno».

El desafiante asunto es elevadamente incómodo. El trabajo dicen que nació cuando el jefe del paraíso se quedó solo expulsando a la pareja de insurrectos: los echó al trabajoso asunto de ganarse el pan sudando, lo que quiere decir que en el octavo día se creó el Mercado,… después de que descansó. Como no aclaró con quién habría de concitarse el acuerdo laboral, rápidamente surgieron las desconocidas leyes de la Oferta y la Demanda, que aún no sé quién las legisló o qué gobierno permitió su inarticulado texto (¿Por qué tienes perras y yo no? Porque yo las tengo y tú no -diría el Roto-)

Las benditas y malditas leyes de la Oferta y la Demanda lo son porque son las más verdaderas para argumentar lo mismo «lo que dice la Ley» que «lo que hace la trampa». Así me parecen de injustas; porque en la bonanza, ni ofertantes ni demandantes se contentan con reglas. Por contra, en periodos de comercio frío, se anhela que sea el gobierno quien resuelva el desaguisado que provocan las falsas libertades. Duro e ingrato cocidito, Pepe.

A mí me gusta que cualquier representante público asuma quebraderos y angustias ajenas: esa es la nobleza de la Política, que no es otra cosa que el desprecio al idiotismo (idiota en griego significaba egoísta, persona tan sólo preocupada por sus asuntos propios).

Ya he prometido dedicarme a pensar sobre este duro panorama; poco o nada seré capaz de ofrecer, pero lo que ofrezca lo hago con la intención de seguir creyendo que todo el mundo -todo- tiene deseo de éxito, de hacer las mejores cosas y de comunicar alternativas sin erosionar voluntades. Lo haré aunque tenga que padecer la incontinencia de los facilongos que siguen adorando a los dioses que nos dejaron la cosa sin resolver.

Deben, entonces, funcionar dos colas: aquella que acoge y trata de medir la atención a quien necesita trabajo y aquella que se dedique a ofrecer ideas y alternativas a la primera. Cambiar de la cola buena a la mala, para hacerse una foto, me parece imperdonablemente burlesco.

Goyo
02-feb-10

A Inés y Fernando

.inés
.
Garea

No es que hayáis sido mis relegados, sino que tengo vicio a inclinarme para reconocer a cualquier alcalde que encuentre algo de tiempo para atender al oficio gratis del blog… y como tengo en excelente consideración a los profesionales del periódico «El País», me apetecía volcarme en otros periodistas de medios que siguen ejerciendo con educada libertad el oficio de opinar, de enseñar y de hacer pensar.

El tiempo siempre es relativo Inés, encontramos parte de ese inasible a base de apartarnos en otras ocupaciones. Y en la ocupación que la gente de izquierdas dedica a la Política, la tarea parlamentaria -para mí- se cubre de elegancia y de discurso armado; pero una alcaldesa, un alcalde, suele encontrarse desarmado de ritos ante la angustia vívida de un vecino que le acosa con «su» problema. Si además encuentra tiempo para escribir algunas líneas,…

De los muchos congresos en que he participado, Fernando, en un principio creía que la piedra clave estaba en el atril y en el discurso; pero no. Supe bien pronto que estaba en los pasillos, en la cafetería, en el restaurante o en el bar de copas. Has elegido -figuradamente- el patio, como mirador y observatorio de lo que sucede en la vecindad sin que la contracrónica suene a chismorreo.

Que sirva para felicidad Fernando, Inés. Que este merecimiento nos haga crecer a todos, a todas, en la buena memoria que debemos a Enrique Padrós.

Goyo
02-feb-10