Cámara oculta

 

La_cámara

Una grandiosa entidad bancaria fue gobernada por una persona que tuvo como mérito mayor el ser compañero de oposición del señor Aznar; ambos amigos obtuvieron plaza y oficio como inspectores de hacienda. No obstante, éste último se ocupó por unos años del gobierno de España y el otro amigo, un tal Blesa, dirigió la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, que para mayor recorte y menor entendimiento la conocíamos como “Caja Madrid”, que parió un monstruo al que llamaron Bankya.

 

En lo que se va descubriendo, parece ser que la formación profesional del señor Blesa se utilizó al menos para diseñar y ejecutar tres programas autodestructores; no sabemos si con el conocimiento del amigo. El primero consistió en invertir en ladrillos invendibles, el segundo en recoger ahorros preferentes de confiados jubilados y el tercero de repartir tarjetas entre los gerifaltes; los dineros de estas tarjetas escapaban del control de la Agencia Tributaria, quizá por aquello de que su primer responsable conociese con cierta perfección cómo funciona esa cosa que “somos todos”. Total, los jefes se han fundido 15 millones de euros en gastos de representación durante el periodo destructivo. No conviene olvidar que para evitar la bancarrota de tan acertado aniquilamiento, se han dado 24 MM€ de dineros públicos, “de todos”.

 

Los que entendemos nada de Economía seguimos sin comprender cómo se otorgan premios Nobel a gentes que no saben remediar que los ricos sean cada vez menos pobres y que los pobres sean cada vez menos ricos. Tampoco entendemos los inveterados consejos de la francesa pija y de la austera alemana para remontar la desgarrada ilusión de jóvenes y viejos trabajadores. Y en esta especie de película de fantasía liberal, se me agranda la confusión cuando los papeles anuncian que los dineros públicos para Extremadura se presupuestan crecidos un 6% a la vez que se asegura una baja de impuestos para el mismo año.

 

Ahora nos están diciendo que el barril de petróleo está casi a mitad de precio que el año pasado.

 

Dudo si todo esto es la pesada broma que graba la cámara oculta mientras el cabreo alcanza proporciones inaguantables y en ese momento nos dice el “gracioso” que todo ha sido una broma,… y miramos a la cámara con sonrisa imbecilona, y lo saludamos amistosamente.

 

Goyo

28-oct-14

 

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