Las orejas

 

Los que estudian más que nosotros, detectan que tenemos y utilizamos otros sistemas de comunicación no basados en el lenguaje oral; y que estos lenguajes albergan y trasladan ideas y matices que somos incapaces de construir y trasladar con nuestras pobres palabras. Así, la forma de vestir, la manera de andar, sentarse o comer, la expresión corporal o las composiciones gestuales son otros lenguajes muy dignos de considerar. Si con apenas 30 tipos distintos de letras somos capaces de componer miles de palabras y sueños, imaginad los mensajes que pueden componerse con más de cuarenta músculos faciales; sin contar esos atrofiados que utilizaron nuestros ancestros para mover las orejas, aunque queda por ahí gente guay que sigue teniendo en uso los tres músculos auriculares de cada pabellón auditivo.

 

Nada como una foto para grabar mensajes gestuales. Cierto que es difícil congelar estas “conversaciones” pero la semana pasada tuvimos dos curiosos ejemplos para comenzar a entender el alcance de este tipo de comunicación. Conocen ustedes la bondad gestual de nuestro presidente extremeño; no solamente por su habitual semblante, sino que todo su corpachón la acompaña; pero las noticias y presencia de un ministro adversario aportando promesas añejas para un alargado futuro, provocan curiosas poses recogidas y publicadas por el periódico Extremadura.

 

Vayamos a las palabras. Según el señor ministro, “…estábamos en una situación en la que había muchas obras sin actividad pero también quiero decir que ahora sucede precisamente todo lo contrario…” O sea, que hay mucha actividad sin obras.

 

Concreta el mandatario anunciando que la carne en el asador se pone de forma que “las obras del tren de alta velocidad (AVE) finalizarán en el verano del 2019 y que la vía se electrificará en 2020”. Siendo así de precisos los anuncios, no sé a qué viene la espera desde el final del verano del 19 para comenzar a electrificar las vías en no se sabe qué estación del 20. Entendemos que la electrificación debería ser uno de los episodios menos cuantiosos en tiempo.

 

La duda que me presenta esta ignominia es la de si, aprovechando el señor Vara sus conocimientos forenses sobre cómo ejercitar los tres músculos auriculares de cada pabellón auditivo, está entrenándose para mover las orejas en la próxima visita.

 

Goyo

25-sep-17

El tren de Valdeflores

 

 

Desde que se ha instalado la seca y pasada primavera, mi dependencia a la siesta sigue creciendo y, para mejor dormitar, me narcotizo casi todas las tardes con los programas que ofrece Discovery Max presentando las experiencias de la familia esa que dicen que vive en Alaska. La interminable y rudosa serie enseña mucho aunque oculta mucho más. Por ejemplo, no nos dice cual es el salario de cada uno de los miembros, cómo pueden adquirir embarcaciones, motores y herramientas tan nuevas y relucientes, cuerdas tan larga y bonitas,…qué condición de propiedad o uso tienen de esas tierras que habitan, qué permisos obtienen para talar el bosque, ejercer la caza y a qué colegio acuden las dos adolescentes. El caso es que el programa dice que familia vive en el bosque de una isla que tiene medio millón de hectáreas, por lo que las salvajadas de las deforestaciones y huellas de la gente civilizada parecen importar poco.

Para casar estas visiones con las que se me presentan por otros medios, leo que el grupo automovilístico VW quiere que los próximos felices 20 comiencen con la venta de un millón de coches eléctricos. Según apuntan sus programas y estudios, el desafío se conquista si el coche del pueblo (volks/wagen) es agradable como el Golf pero con la habitabilidad del Passat, su motor eléctrico tiene un autonomía de 400 kilómetros y su estructura informática y mecánica podrán definirlo como una tablet con ruedas.

Incluso se aspira a que este inmediato coche eléctrico sea dotado de un sistema de recarga inalámbrica, aunque poco parece apuntar que bien pudiera recargarse -en todo o en parte- a pleno sol.

Otro de los factores que exige el nuevo desafío es dotar al futuro vehículo de la estructura que albergue la distribución y el peso de las baterías que irán bajo los asientos de los pasajeros.

Todo ello, y algún que otro gadget secreto, invitan a nuevos y radicales cambios. Por ejemplo, si se aplica el potencial solar al sistema de recarga, la lucha por un aparcamiento al sol será terrible.

Desde que el malogrado Nicola Tesla fue pirateado por Edison y su industria de patentes y royalties, la motorización de todo el siglo XX ha fomentado un complejo financiero, político y científico que ha servido para seguir sometiendo a gran parte de la población a disfruta de las mieles del coche bajo condiciones estrictamente capitalistas y financieras. Quizá no sea bueno que toda persona tenga su coche; pero sí puede ser bueno un mundo donde la movilidad sea un derecho universal. Pienso que el blablacar es un primer balbuceo en este andar.

Y es aquí donde entramos los extremeños y podemos dejar de ser catovis.

Al parecer, ya se han realizado una primeras prospecciones, catas o pruebas en el valle de Valdeflores, a espaldas de la Virgen de la Montaña, y se apunta a que hay litio, que es el elemento hasta ahora hipervalorado para que sus locos iones produzcan energía. Así que teniendo el litio tan a mano, aunque en realidad esté en manos de otros mineros, bien que podríamos montar la universal industria de las baterías sin necesidad de implantar cualquier otra industria tradicional. Que ya puestos, podrían los residuos líticos utilizarse para mover ese tren eléctrico y digno que dicen que también estrenaremos con el inicio de tan prometedores años veinte.

Goyo

07-sep-17

Tres por uno

 

Otra vez han vuelto a preguntar a la gente y otra vez la gente ha vuelto a decir que el principal problema que contempla, observa y percibe es aquel que impide cambiar un trabajo por un dinero. El intercambio de las diversas habilidades laborales por un salario dicen está regulado por leyes; las últimas han sido empaquetadas bajo el epígrafe “actual reforma laboral”. Este corpus parece ser el causante de que cualquiera pueda tener al lado una hija, un pariente, un amigo, una vecina,…en el inmenso campo del desempleo. Y claro está, estando en el paro, la gente no sabe decir otra cosa.

Pues el último barómetro del CIS dice que las tres cuartas partes del vecindario de este país (76,4%) entienden que el paro es el principal problema que tenemos; sabiendo que no tanta gente está sufriendo en carne propia tan calamitosa situación, debemos afirmar que sigue conviviendo entre nosotros algo de humanismo y que se sigue siendo capaz de ponerse dentro de la piel del que sufre.

Para nuestro manejo, digamos que este asunto se apoya en tres patas: Gobierno, Patronal y Sindicatos; tres palabras desagradables para el sentir colectivo, tres conceptos minusvalorados. El Gobierno dice habernos dirigido a otra época de bonanza y crecimiento de modo tal, que no hay en nuestra Europa parangón. Los empresarios parecen ahora estar dispuestos a subir un 2,5% los salarios más bajos, pese a que no hace tanto tiempo, sus cerebros afirmaban que lo que debía hacer el obrero es trabajar más y ganar menos. Y los sindicatos sufren una merma considerable de creyentes y afiliados que provoca una debilidad añadida al irrisorio campo de la negociación colectiva.

Estos desajustes explican que no es descabellado pensar que yo, como empresario, me plantee despedir a un trabajador que gana 1200 € al mes y contrate, a tiempo parcial de cuatro horas al día, a tres nuevos trabajadores que cobrarán 400 € al mes cada uno de ellos. A la postre, he creado tres puestos de trabajo y cuatro horas que añado a mi empresa a cambio de un desempleado. Además si esto lo hago con sabia publicidad, tengo papeletas para ser reconocido como empresario del año.

Así que cuando se trate a los trabajadores como frías relaciones numéricas, el humanismo se aleja y me queda la duda de la viabilidad legal del cambio del tres por uno.

 

Goyo Tovar

12-jul-17

Turismo y riqueza

 

 

Observarán ustedes la extensa red de canales por donde se van las aguas del río de los dineros; los escapes no siempre son amplios y anchurosos, que en tales casos se detecta la falta grosera. Las más selectas técnicas de evacuación y evasión son diseñadas con finura fina, que por eso tal vez a estos saberes se les llame finanzas.

 

Eso de la Economía es asunto en verdad grande y tan extenso, que todos los años buscan a un personaje dedicado a decorar la riqueza con números y ecuaciones, le otorgan el premio Nobel y, alguno de ellos –conjuntamente con su adeptos- siguen ignorando que Alfred Nobel no instituyó en su testamento ninguna corona para tal reconocimiento. Tampoco lo hizo ni se mostró favorable su familia; tuvo que ser un banco quien malease la condición humanista de los galardones.

 

Se evidencia lo anterior cuando constatamos que tan excelsas leyes no sirven sino para que unos pocos sigan almacenando riqueza y un sin número de imbéciles aplaudamos y reverenciemos a los prebostes vestidos de pingüino. Es tan escandalosa la injusticia que ya no queda hueco para la revolución. ¿Qué teoría económica galardonada con un Nobel ha salvado vidas o se emplea como atenuante de la pobreza?

 

Tampoco se lleva ya lo de repartir, porque algunos ejemplares autodenominados comunistas se excedieron con lo común; así que no se vislumbra por ninguna parte teoría y acción de mercado que suavice la impronta humanoide y egoísta que se concede a la Economía nobelista.

 

El turismo en su nuevo concepto supera la atención de alojamiento y gastronomía; son experiencias que se intercambian por dinero y así fluye y se reparte con un sistema más sencillo, accesible y divertido. Para mí se presenta como nuevo procedimiento para la redistribución de la riqueza. El turismo es el motor económico de los pobrecitos. Se hace turismo tan solo porque hay algo de dinero sobrante y se traslada a otras partes y personas a cambio de servicios que se reciben en otros lugares y por otras experiencias.

 

Como el turismo implica traslado, convendría regular mejor su encanto para evitar que caiga en manos de los que se proclaman doctores en economía, que aún no me han resuelto la duda que hoy presento: si aumenta la pobreza con la misma terquedad que lo hace la riqueza, ¿no serán en esencia la misma cosa?

13-jun-17

Incertidumbre ferroviaria

 

Resultado de imagen de AVE

 

No es lo mismo duda que incertidumbre. Para llegar al conocimiento cierto se requiere la gestación de una duda; pero cuando no se tiene certeza en el conocer, cuando aparece la incertidumbre, es posible que estemos ante una duda o que nos encontremos ante un conocimiento inviable. Esta distinción les parecerá complicada, pero al lado del hábito contemporáneo de promulgación de afirmaciones/negaciones que se tornan contrarias al poco tiempo, buena es la hora de aplicarnos sutilezas de este género ante nuestro futuro como región.

El tren digno sigue cargado de imprecisiones queridas como de vergüenzas sigue cargado el tren indigno. Un conocido periodista va a comprarse un viaje de ida y vuelta Cáceres-Madrid-Cáceres para utilizar el tiempo del trayecto en escribir, describir y fotografiar las personas y las cosas que vayan apareciendo conforme el tren se mueve. Esta posibilidad de observación y recogida de datos es radicalmente distinta a la que sufre un científico al querer observar las partículas básicas constitutivas de la materia. Por ejemplo: si uno quiere determinar la posición exacta de un electrón, no puede conocer con certeza su velocidad; este es el Principio de Incertidumbre de Heisenberg.

No obstante, el equipo catalán del ICFO ha conseguido burlar tal límite encontrando una manera astuta para medir una señal magnética: toda la incertidumbre se confina en una variable poco interesante para dar precisión a las variables más informativas. Para que ustedes lo entiendan, es como si le asignamos a la red catalana de cercanías unos 4800 millones para que parezca poco interesante lo que se va a invertir en la dignidad del tren extremeño.

Pues este paisano periodista que va a experimentar en sus ánimos y en sus carnes la velocidad y el estado del tránsito y las paradas de nuestro indigno tren, también va a ser capaz de burlar el límite de Heisemberg con otra astucia fomentada, precisamente por el Ministerio de Fomento: reducir hasta tal punto la velocidad de los vagones para que los campos, los paisanos y la seca primavera sea captada con exquisita precisión por la red de instrumentos y máquinas que porta su equipo.

Nos contará lo constitutivo de la extremeñeidad que nos servirá para alimentar nuestra eterna duda: ¿qué le hemos hecho nosotros a Heisenberg?

Goyo

03-may-17

¿Una muralla es un muro?

 

 

En China, en Palestina, en México, en Ceuta, en Bulgaria, en Francia, … en un total cercano a los setenta ejemplos actuales conocemos de la construcción de muros fronterizos con intención parecida o igual a la de aquel poblado galo que se dotó de una hermosa empalizada para defenderse de los locos romanos. En un primer estadio, las barreras y las murallas tratan de impedir que los que vengan de fuera se conviertan en los nuevos amos y en otras ocasiones, sirven como filtro exquisito para seleccionar a los nuevos esclavos.

En un segundo estadio evolutivo, las murallas se dejan cambiar su condición bélica por su adaptación urbanística: ya que tenemos una pared, con otras tres más nos hacemos una casa, ¿no?

Ahora, el objetivo de nuestra muralla cacereña no es evitar la inmigración de las gentes de la Rivera del Marco, ni tan siquiera frenar los flujos comerciales de extramuros y de los poblados de los alrededores. El objetivo del consistorio es “poner en valor el recinto amurallado”, crear nuevos espacios visitables, transitables y turistables. Nuestra muralla ha evolucionado a un tercer estadio que es el modelo de “joya visitable”. La ley que protege tal empeño es la Ley del Patrimonio Cultural de Extremadura, que también contempla y ordena que han de ser los ayuntamientos los que tienen en su obligación y deber “proteger, conservar y difundir los valores patrimoniales”, incluso definir y aplicar medidas efectivas en casos de urgencia.

Nosotros vamos a ser fieros dóciles y por eso se acude, sacude y airea el Plan Director de la Muralla de Cáceres. Poner en valor aquí significa sumar a los atractivos turísticos propios de la ciudad monumental el valor del recinto que la envuelve; presentando así otro conjunto visitable con renovados miradores, baluartes, antepechos, garitas y almenas; incluso contemplaremos alguna terraza elevada. Eso requiere un plan o proyecto ya previsto en un informe del año 2010. El plan Director consta de más de una docena de gruesas actuaciones, que para realizarlas se dota pre-supuestamente con 10,5 millones de € para un periodo de 10 años y que tiene un calendario de ejecución parecido al del proyecto de doble vía electrificada para que un tren de alta velocidad una Madrid y Lisboa pasando por Extremadura.

Claro,… y por eso me entra la duda.

El barro

 

 

El pasado 23, jueves -que entonces escribo- por si fuera escasa la memoria, se ha sumado al desdichado aniversario una especie de novena plaga egipcia con lluvia de barro; aquella plaga fue de oscuridad, por tres días la oscuridad densa cubrió el país, pero los israelitas tenían luz donde vivían. ¿Veis? Ya tengo la primera duda: quizá los españoles tengamos luz y luces pero nos cuestan terriblemente caras.

Este último 23F no ha estado ausente de sustos; unos dicen que será día aciago para el Estado de Derecho o será otro ejemplo más en el que los estudiantes de Derecho se pregunten si no se aprende más Justicia en el Twitter y mentideros de la comparsa tecnológica, que en los pupitres de las facultades. En este día de oscuridad y barro, lo negro de las tarjetas se confunde con lo azul de la realeza y da miedo adentrarse en la evolución maligna de aquellas originarias Cajas de Ahorros y Monte de Piedad, y da como angustia ser empático con la ejemplaridad de algunos miembros de la Casa Real. No sé ponerme en su lugar.

Ya no me asusta que tenga más condena Pablo Hasel por hablar, que Urdangarín por robar; lo que nos debe asustar es que nos condenen por fiscalizar la injusticia y nos multen por demostrar nuestra indignación. En un país donde se encarcela a titiriteros y a cantantes acusados de terrorismo con cargos falsos y nadie se mueve, no hay nada que hacer contra Blesa, Rato o Urdangarín, tan condenados y tan felices. Y nosotros tan embarrados y tan sabedores de quiénes volverían a ganar las elecciones.

El marido de la infanta Cristina no tendrá que abonar ninguna cantidad para eludir la cárcel hasta que se resuelva su recurso por parte del Tribunal Supremo. Esta faceta jurídica es insultante sobre todo porque no se ha explicado convenientemente antes de que nos diésemos cuenta que ni él, ni Blesa, ni Rato pertenecen al despotricado club de los raperos, de los twiteros o de los titiriteros.

Estamos aprendiendo que las cosas de la Justicia ya no se resuelven con la exclusividad del criterio técnico de los jueces; hay tantas dudas en lo que pasó el jueves, que la plaga de la desigualdad económica abona la idea de una justicia de miseria que no sabe/no quiere castigar el saqueo de instituciones que nacieron para que la Justicia sustituyese a la caridad.

Goyo

28-feb-17

 

El trabajo del ocio

 

 

En Inglaterra, por ejemplo, la primera limitación legal en materia de trabajo, data de 1833; aquella Factory Act, limitaba a 12 horas la jornada de trabajo para los niños menores de 18 años. Ya puede imaginar la jornada de las personas adultas. También debe imaginar la cantidad de ocio, de tiempo libre, previsto para el obrero. Parece que las cosas han cambiado.

La semana pasada, podían leerse en uno de los periódicos de la región dos noticias pequeñitas que hacían referencia al turismo, que es la ocupación del ocio para el que descansa a la vez que la nueva oferta de trabajo para quien lo atiende. La una dice que la Asociación de Amigos del Centro de Artes Visuales “Helga de Alvear” ha ratificado por unanimidad el nombramiento del nuevo presidente y ha presentado su memoria de actividades que incluye unas jornadas para proponer el arte contemporáneo como argumento del turismo de calidad, como mecanismo de atracción turística.

Otra dice que en Trujillo se organiza un taller de astroturismo como una de las actividades previas a la FIO que será la próxima semana. La oscuridad del cielo y la transparencia atmosférica -o sea, la oscuridad transparente- auguran el éxito del Destino Turístico Starlight. Un cielo sin contaminación lumínica es ideal para este tipo de prácticas.

En mi entender, la primera referencia traduce la actual tendencia de hacer llegar a la población cualquier variada oferta, -en este caso, la oferta artística contemporánea- como elemento de la ocupación del ocio. La segunda referencia tiene como objetivo ofrecer otra posibilidad de uso del ocio basada en la observación de las estrellas. Creo que este tipo de propensiones -y otras muchas más diversas- presentan una superación al clásico entretenimiento, al necesario descanso y vacación y a la distinción economicista del tiempo libre.

Lo curioso de esta compleja evolución es que se produce a la vez que se despierta el déficit del número de puestos de trabajo, la penuria de los salarios y la incertidumbre para poder compaginar ocio creativo/instructivo con trabajo como fuente de supervivencia social. Lo que dudo es si conseguiremos que los productos de la creatividad y las ideas divergentes las aceptaremos como elementos de cambio, como fuente de riqueza y como germen de nuevas ocupaciones.

 

Goyo

20-feb-17

Las palabras de Garrovillas

 

Triste burro, triste paisanaje.

 

Usted ya no tiene ganas de leer. Los sabios, los chismosos y los variados predicadores han sembrado la desgana sobre un campo bien labrado con anterioridad. Ya ven muestras suficientes y abundantes que intentan seducirnos para que en nosotros se produzca otro gran cambio: las palabras no sirven.

Este gran cambio, no pregonado por nadie, pero aireado por algunos artistas de la pluma y el micrófono, tiene dos frentes de ataque.

El primero se arma contra la verdad, esa cosa cada vez más rara de fabricar, encontrar y distinguir. Estamos rodeados de casos en los que su descripción se identifica no solamente con un barullo recocido de explicaciones, sino con una manifiesta muestra del descaro que acompaña a la mentira deliberada. La libertad de expresión no sirve para escudo del mentiroso, de la misma manera que la falsedad no pertenece al territorio de la opinión. Estas distinciones meridianas no somos capaces de hacerlas aprender a las criaturas de las escuelas, así que llegan al templo del estudio con las neuronas vagas.

En segundo proviene de la misma vagancia. Frente al hábito corregible de hablar cristiano y escribir como manda la ortodoxia, va escalando puestos el valor de despreciar lo correcto y defender aplaudiendo lo grosero y ordinario. La prueba del nueve la tenemos hasta en los honorables sindicatos que tratan de defender al grupo de aspirantes a bomberos que han suspendido la prueba que controlaba el uso de la escritura correcta; para ellos, “hapagar” quizá signifique que hay que ir a saldar la cuenta pendiente. Otras pruebas las pueden encontrar fácilmente en muchas de las tertulias de cámara y micrófono.

Este segundo vicio está amparado y es corregible utilizando eso que se llama “corrección política”.

Otra verdad exquisita podrá producirse la víspera del Día de la Candelas -escribo esto antes- día en la que el señor ministro del ferrocarril podrá ejercitarse en cualquiera de los dos defectos descritos anteriormente. El buen hombre presentará en Garrovillas la esperanza de los que esperan; pero mi férrea duda sigue por los carriles de la experiencia demostrada por otras nobles y anteriores visitas.

No nos hemos dado cuenta del embrujo de la Estética emponzoñada de sexo y riquezas y así la Ética queda a merced del ridículo de la Filosofía.

 

Goyo

07-feb17

 

 

Muros y recuerdos

 

 

Aunque los muros se rematen con alambradas espinosas y se decoren con garitas de vigilancia, las ideas los traspasan. Más difícil aparece el tránsito libre de las personas de un lado y de otro de la pared; pero como no hay pared interminable o inaccesible, al tiempo prudente y aburrido le damos el oficio de arruinar las murallas y debilitar las defensas. Recordad la raíz y fundamento de la Gran Muralla China o la vana pretensión del muro berlinés. No obstante, el tiempo no es capaz de vencer al idiotismo y ahorita mismo se proyecta otro elevadísimo muro destinado a romper la imperiosa amistad entre gringos y chicanos.

 

En nuestra dispareja condición humana, otro desafío permanente surge al constatar que hay recuerdos alimentados y engordados por el odio y que explotan lo mismo en un mercadillo navideño que en la sala donde se espera sea el ejemplo de lugar de encuentro para el debate de pareceres. Lo mismo nos toca contemplar los efectos de un camión conducido por un loco que escuchar las declaraciones de un presunto cuerdo que se burla de la Ley que juró obedecer y defender. Los recuerdos ocasionan esas trastadas; unas con muerte, otras con deseos.

 

Observo cómo seguimos siendo incapaces de olvidar -para superar- la trágica etapa del franquismo, tanto por la parte que se creyó ganadora como por la parte que se creyó perdedora; las muertes, las prisiones, los hostigamientos, las persecuciones,… conllevan siempre -en todas las culturas, en todos los tiempos- el mayor apéndice vengativo.

 

Pero no tenemos el derecho de olvidar, de mirar a otro lado cuando se descubren -por ejemplo-. huesos de cadáveres que mató la Guardia Civil el 5 de marzo de 1949 en Paramos (A Coruña). O de maquis abatidos y soterrados en cunetas, fosas o esos lugares indefinidos donde se enterraban a los infantes que no se habían bautizado, a quienes combatían el régimen o a quienes se suicidaban. Antes bien, la Ley de la Memoria Histórica nos obliga a todos a sentir vergüenza, entre otras cosas porque, para este caso coruñés, será un equipo argentino de antropólogos forenses los encargados en estudiar los restos para conocer su identidad, dada la repetida falta de fondos en los presupuestos de los últimos cuatro años para esta Ley. Mi duda es si esto me tiene que dar miedo o risa.

 

Goyo

05-ene-17