Acebo y Jaraíz

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Otra vez me despabilan las malas noticias; la de hoy, que es pura y puta noticia, parece estar reservada a la víspera del día del susto ecológico, que es la víspera del día anterior.

Acebo es un pueblecito del norte de la provincia de Cáceres hecho con piedras de granito, abundante en balcones con geranios y delicioso de vino que tiende al verde fresco y claro; pues tiene un riachuelo de agua inoxidable, que es el otro alma que siempre me recuerda a mi amado Portugal, a la Sierra de la Estrella y a las riberas de la Sierra de Gata. Ahora resulta que está enferma de agua el arroyo más brillante que riega al pueblo, a sus calles y sus sábanas para que sigan siendo blancas y ensalcen los encajes. Los vecinos no acaban de creerlo, ya están lanzando avisos de que la noticia no es cierta. Debe ser así, no es posible que perdamos un patrimonio tan valioso. Debe corregirse lo que sea para que Acebo recupere su agua y ambiente entero.
Mucho más al este, con tierras más fértiles, con más cerezas y con la misma cantidad de granito, Jaraíz de la Vera tiene una garganta, a la que dicen los informes europeos que le ha salido como una especie de lobanillo: no apta para bañarse en ella. La Garganta de Pedro Chate, allí donde bebíamos por los primeros años del setenta,… bebíamos -repito- un agua que olía a clara, que sabía a peñas y helechos, … Los vecinos aún no han dicho nada.

Eso es lo que sabemos de dos rincones que en todos estos años hemos abanderado como refugios preciados que nosotros solo parecíamos conocer. Lo mismo hay que hacer refinerías de aguas.

Y ahora,… ¿dónde coño pongo hoy la banderita?

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Goyo

03-jun-08

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