La enmienda Facebook

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A través de mi interés por lo que se ha dado en denominar “Enmienda Facebook” he conocido, compartido y animado opiniones con César, Ruth, Prieto, Manutc, Raúl Santiago, Franesco, Pleguezuelo … y la serie larga y extensa de contactos y comentarios que en los blogs de estas personas se prodigan. A ninguno, a ninguna, se nos ve el carnet de pertenencia, tampoco nadie lo ha mostrado y a todos se nos entiende que estamos en ejercicio de militancia; de una nueva forma de militancia que viene bien regular para beneficio de la organización.

La «Enmienda Facebook» trata de aportar viveza a las formas diversas que en nuestra sociedad puede y debe utilizar la ciudadanía para participar en política a través de los partidos. En este caso concreto el PSOE ha iniciado una aventura valiente, una propuesta ya ineludible que animará sin duda el ámbito congresual: debemos utilizar las nuevas formas de comunicación también para comunicar las ideas políticas, para debatirlas y para asumirlas.

Este es el texto propuesto por la Ponencia Marco:

g. Participar en los Congresos y Conferencias que organice el PSOE a través de ámbitos de debate específicos creados a tal efecto mediante el uso de su código personal.

Y este es el texto que proponemos:

g. Tener voz y voto en los Congresos, Comités y Conferencias del Partido a través de los delegados democráticamente elegidos entre los mismos, sin perjuicio de sus derechos como afiliados de Agrupaciones locales, cuando lo sean.

 

Una reflexión primera nos apunta algunas características que conviene observar:

Es una militancia mucho más abierta que la ejercida tradicionalmente.

Carece del corsé que en ocasiones imponen los ritos asamblearios.

Favorece proponer, intervenir y matizar las opiniones con reposo.

Deja constancia expresa, escrita, contrastable y comentable.

No impide ni limita las formas tradicionales de debate y decisión.

Regular en este caso el debate que se establezca en la red es problema menor, solo con guardar y hacer guardar normas educadas de opinión, garantizamos aportaciones en tiempo continuo e inmediato, condición esta última que no puede ejercitarse en las asambleas ordinarias.

El problema que debe solventarse es el de la validación de la decisión. Si los acuerdos se expresan con meritoria claridad, convendrá entonces administrar técnicamente los requisitos de participación, de seguridad en la unicidad y de la emisión de voto fiel.

El caso más complejo sería aquel en el que un militante propone por escrito la adopción de un acuerdo; entonces, se ha de facilitar por los órganos de organización las posibles correcciones y recogida de opiniones (un foro reducido a los militantes previamente inscritos, a los que se concede un código individua) sin perjuicio de elevar definitivamente el acuerdo a la clásica asamblea decisoria para no caer en protagonismos innecesarios o en desconfianzas estériles.

Esta es una semana que inicia los primeros pasos de nuevas formas de ejercer militancia y de aportar propuestas con las nuevas herramientas y técnicas que también desean superar algunos de los tradicionales inconvenientes.

Goyo

26-may-08

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