Â
Quizá pueda deberse a que aún no se ha estudiado convenientemente el alcance y consecuencias de las caÃdas de un helicóptero; pero el caso repetitivo âo sea, los casos- indica, apunta y dispara a que el tarro de las esencias derechonas dice que tiene un primo fÃsico en la Universidad de Sevilla que -juntándose con otros no primos y sabios del mundo sabedor- no se atreven a asegurar qué tiempo hará mañana en el barrio de Triana.
Yo allà no tengo primos; pero tengo un conocido conocedor de las Leyes de Termodinámica y otros revueltos energéticos, que me dice que lo mismo no hay forma de encontrar al primo por estar ocupado en enconderse.
Nos debe importar que un catedrático de FÃsica niegue el poderÃo predictorio de la EstadÃstica, pero más nos debe afectar el contenido de la caja de herramientas argumentales que maneja Don Mariano.
Hasta que sepamos quién es el primo aludido âque poco o nada nos debe importar- nos debe preocupar la calidad argumental del lÃder que ha de controlar la acción de nuestros gobernantes primeros; y nos debe preocupar que en el ejercicio de ese control, o en el de las deseables propuestas alternativas, se precipite tan gravemente âgrave, de gravitacional- hacia los poderosos campos magnéticos de la estulticia, que decÃan aquellos pensadores de la Retórica y Dialéctica clásica.
Es de lamentar que siendo él, Don Mariano, tan amante y afamado seguidor de la facundia y la buena elocuencia, padezca estos desplomes. Ya nos dirá el futuro  -ya que el primo no se atreve- si esta anécdota cruel no culmina en mojiganga genial.
No obstante, no haya preocupación; que no habiendo mal desaprovechable, las futuras generaciones de estudiantes de FilosofÃa, FÃsica o Ciencias PolÃticas tendrán casos divertidos y clarividentes del curvo pensar contemporáneo.
Goyo
23-oct-07