El año trece del segundo milenio de esta era que se nos cuenta, comenzó con el desagradable “susto” de esa gente a la que le gusta la bobalicona oferta lúdica de “¿muerte o susto?”.
La oferta fue anunciada al país; con el consenso aparente de los dos partidos mayoritarios y presentada como solución radiante a todas las dolencias políticas y sociales que sufren los pueblos; el diagnóstico de tales expertos descansaba en la conveniencia del aniquilamiento de esas mil mancomunidades de municipios. Como muchos de ustedes son de ciudad, no hace falta que yo explique qué es eso de una “mancomunidad”, para qué sirve, cómo funciona y por qué los dos partidos mayoritarios quieren liquidarlas.
Supongo que los impulsores pertenecen al grupo de los urbanitas salvajes, doctores en ineptitud social y tarugos en ideología afectiva; vagos socialistas y vagos populares que deben tener rostros de acero inoxidable si se atreven a presentarse ante el vecindario de los pequeños pueblos predicando progreso y atención. ¿Se habrá recogido en las resoluciones del último congreso que los socialistas van a eliminar, reducir, abandonar, adulterar,…las mancomunidades de municipios?
Si, a su falso decir, se duplican servicios y atenciones de distintas administraciones, ¿por qué no se detectan, se hacen públicas y se anulan las duplicidades si las hubiere?
Ingenuo de mí, hace como tres años, cuando toda la élite izquierdoderechosa abanderaba la idea de bajar los impuestos, yo defendí que deberíamos discutir/diseñar una tasa a pagar por los ciudadanos de las urbes para asegurar los derechos que decimos que deben seguir teniendo los ciudadanos de las aldeas. Habrán adivinado ya la reacción de notables ausentes y asistentes.
¿Quién se ocupará de fomentar el intercambio de inquietudes juveniles en los pueblos mancomunados, de los encuentros entre los olvidados ancianos, de la prevención que evite el drama de la drogadicción en adolescentes, de las iniciativas empresariales de comarcas específicas, del sentirse querido…?
Como respuesta corta, todas estas dudas pueden resolverse tras un periplo comparativo que se inicie por los caminos rurales del término municipal del municipio de Cáceres y se remate por el tránsito y visita de la red de caminos dela Mancomunidad Tajo-Salor.
Goyo
14-ene-13