Ánimos y ánimas

Escribir sobre asuntos sociales requiere un medido apartamento; si uno de ellos te cae desde muy cerca, confundes lo extraño con lo íntimo y si te separas en exceso te tildan de bolchevique del tercer milenio. De todas formas, estas -cada vez más- irreverentes festividades rara ocasión de sosiego te facilitan, que el sosiego parece que trae consigo el razonar por razonar.

Ustedes deberán recordar que soy de pueblo chico; no obstante, por mucho que procuro adentrarme en los arabescos humanos, soy torpe para descubrir esas señales ocultas que dan explicación brillante a lo oscuro.

Para que siga siendo regla, este principio de año, en la primera plena noche, la Cofradía de las Ánimas del Purgatorio han iniciado el recorrido por todas las calles y casas de la villa. La mayordomía se acompaña de diputados en número de cuatro, y de otros familiares y amigos que acompañan y que rezan al menos un Ave María en la puerta de cada casa y en las más señaladas cantan letrillas que aún perduran. Piden limosna que será destinada a sufragar las misas que la parroquia dedicará a los difuntos; quizá mejor, a las almas difuntas que aún sufran castigo de Purgatorio, porque así cabe esperar y confiar que para algunas acabe el suplicio.

Purgatorio

El grupo -cien por cien masculino- se da a conocer en la oscuridad de la noche por el claro sonido de una campanilla inconfundible para los habitantes de Casar de Cáceres. Los hombres se arropan con largas capas, y las tradiciones más recias dicen que hay que llevar dos faroles para alumbrarse y dos cestas para recoger las donaciones; el mayordomo porta una vara coronada por dos figuras envueltas en llamas purgantes. Y así muchos más detalles y normas que enriquecen la descripción pero que nos van a impedir llegar al fondo del contraste.

Resulta que la noche anterior sirvió para liquidar al año viejo y dar paso a un nuevo periodo de ilusiones; y más este año que se presenta atiborrado de ánimos por si así la suma de creencias individuales corrigen más y mejor que las decisiones gubernamentales. Digamos que un ánimo contra la crisis, es una monedita que compondrá una especie de Leviatán que cambiará las actitudes ciudadanas para salir mejor de este purgatorio financiero. Pero claro, repleto y recién estrenado el espíritu del Año Nuevo, te encuentras en la noche fría con un grupo de cófrades, todos de negro, la noche negra, el penetrante dilín de la esquila, el aire frío y cortante, las voces graves de la oración rituada,… que nada, que sigues creyendo que este purgatorio no hace sino seguir con mejor ceremonia y consentimiento popular: las Ánimas me cortaron el ánimo.

Ánimas

Horas después, salió repleta y limpia la Luna -cuando ya los hombres con capa se había retirado- quizá cambiando el negro esquema ambiental por lo que gusta esperar de la primera noche.

Esperanzadoramente, la Cofradía de Ánimas tiene también un carácter festivo, que explota todos los años el primer domingo de septiembre, cuando el mayordomo organiza una mesa profusa y nutrida de los mejores frutos de las cosechas que producen los trabajos, las personas y las tierras: dulces, gallos, sandías, guisos, vinos, jamones, tencas,…lo que me da que pensar si lo que en realidad haya yo presenciado, es un anticipo y signo de que en septiembre cambiaremos esquilas por campanas.

Ya os avisaré.

Goyo
03-ene-09

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.