Asesores

Consejo

Puede que bien pronto «asesorar» pase a significar «quitar los sesos», «desprotegerse de raciocinio», «dislocar un argumento de lógica»,… El lenguaje ya se aferra a los cambios con más avaricia que a las normas; incluso en mentalidades que se dicen conservadoras.

Así las modas, no nos debiera extrañar que surjan como setas de otoño los filólogos animados a indagar sobre la evolución de los mensajes lingüísticos puestos en boca de los dirigentes del Partido Popular cuando éstos hablan «ex-cathedra», cosa que suelen hacer desde una silla sino tras un macrófono. Aumentado entonces el ruido mediático, el imán que magnetiza los mensajes procede sin duda de expertos en Lingüística y nueva Semiología que saben lo que se cuece en Génova; es decir, del grupo de personas que «asesoran», señalan o sugieren las salidas más audaces para los oyentes más torpes.

La evolución del cambio argumental y el vapuleo silogístico a que se someten las cosas simples que se cogen cuando se mete la mano en el saco es tan diversa, astuta y alargada, que no hay peligro que sea una especie en vías de extinción: salen relojes de pulsera, bolsos, coches, balnearios, … creo que hasta «picotas»; por lo que ya me tiemblan las piernas por lo que de extremeño pudiera tener el argumentario. (Nuestra tradicional inclinación para ablandar conciencias radican en el jamón y el buen queso).

Pero de lo que quería pensar era sobre la estulticia en favor de la falacia: aún nos debe quedar esperanza para más deducciones de grueso calibre, que de ahí viene el término «grosería». Ya no serán los policías, los periodistas, los jueces, los socialistas, los teatreros, los columnistas, … que luego fueron los ministros y fiscales quienes articularon una conspiración diseñada en contra del PP. Luego después hubo de presentar en sociedad al partido como víctima de «los que han hecho cosas que no se deben hacer».

Me temo que la conclusión siguiente certifique que Gürtel es una filigrana arquitectónica puesta en juego para la demolición programada de la cúpula, sin que afecte a los cimientos del edificio; y es que la Filosofía cada vez tiene más aplicaciones y más adeptos.

Goyo
08-oct-09

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