Las calles son los caminos que tienen las ciudades y los pueblos para que cada cual pueda llegar a su casa, que ya suele ser la propiedad más común y universal aunque ahora los promotores de calles y casas disfruten de un sosiego inmerecido (?). El caso es que sin caminos, o sin calles, los atropellos suelen ser más frecuentes; aunque con caminos y con calles las tropelías no desaparecen.
Por la misma parte y razón, uno de los distintivos más potentes entre un pueblerino y un capitalino es que, normalmente, éste último desconoce nombre, condición y estado de los caminos de su término municipal. Un catovi seguro que conoce que la calle Busquet tiene tres baches y un aparcamiento desconocido y céntrico, pero quizá tenga poca idea del estado y situación del Camino de los Vicarios.
Así, para un municipio correcto, se estima buen tesoro que haya al menos un concejal que sepa disponer las calles en perfecto estado de obras; ya, administrar el buen estado de los caminos suele ser cosa de política incorrecta. Los caminos son como las calles del campo -que igualmente sigue mal administrado- las vías por donde la gente que tiene propiedad rústica accede a su predio… y de igual manera que las casas alineadas forman las calles, las fincas y las parcelas se disponen a la izquierda o a la derecha de los caminos; claro está salvo los caraduras que estrechan, cierran o se apropian del trozo común “porque es que no lo usa nadie”.
Y como seguimos envenenados con el aislamiento urbano, nos parece que asegurando las aceras y las calzadas, está resuelto el problema de las cunetas. Y no es así. Y quien más sabe de estas cosas del campo y sus caminos son los pueblos, y sus alcaldes, que para eso se han organizado en Mancomunidades, para procurarse servicios compartidos que aseguran un status social parejo al que disfruta un capitalino.
Un vecino de ciudad no suele dedicar preocupación a los problemas de sus convecinos que también utilizan el campo para ir a trabajar. Este uso o acceso, suele entenderse como derecho inalienable en los habitantes de los pueblos; pero para los ciudadanos de las citys, su esencia está en las calles más que en los caminos. Con los domingueros no me voy a meter.
Yo defiendo que antes de pertenecer a una lista electoral, la persona aspirante debe saber de memorieta el nombre de propiedades, calles, monumentos y caminos del pueblo o ciudad que aspira a servir. Pero no se me hace caso, quizá por eso es muy posible que un edil de ciudad ignore el estado de los caminos de su término municipal.
Los ediles del Ayuntamiento de Cáceres, ¿saben cómo se encuentran los caminos del término municipal más extenso de España?
Goyo
27-abr-09
Una banderita para los caminantes.