Tenía como algo más gordo que una mosca tras la oreja, de la oreja izquierda; mejor, tras el lóbulo que regula eso de la escritura. Algo de anunciaba en sordina que debiera repasar la lista de invitad@s a mi post de final de año. Y, como si en verdad me hubiese equivocado, faltaba Sonia Blanco.
De cómo remediar tan estúpido despiste es cosa que no preocupa: tengo un almacén de recursos pero prefiero utilizar primero el de la reparación por confianza; es decir yo le digo a Sonia que me disculpe y, a cambio, le concedo una encomienda.
Se trata Sonia, que cuando puedas, vayas al barrio malagueño de “La Palmilla”, más concretamente al Colegio Público de Infantil y Primaria de “Cerro Coronado” –bellísimo nombre- y te atrevas a conocer a su director Julio Martín, para que te explique, ya que vas de mi parte, lo que se puede hacer en un barrio tan abundante de problemas movedizos. Él es íntimo amigo mío, ya verás como ganarás en tiempo. Claro está, deberás retratar el asunto en un post que me tienes que dedicar para que así yo crea que en verdad has perdonado mi resbalón.
Dos o tres besos. Goyo02-ene-09