¿Para cuándo los impuestos?

 

 

Ahora parece que se abre la puerta al disfrute ético, quizá cansados que estamos de la estética empapelada de sobres. La tendencia anterior era así de clara y potente: para ser de la casta, necesitas pasta,… reconozco que es un burdo pareado; pero la gente astuta y taimada pasa de metáforas lorquianas y purezas métricas. En la inmensidad profunda de Federico no puede flotar, por ejemplo, ninguno de los argumentarios de la señora Cospedal.

Ahora, cualquier análisis somero nos puede llevar a un resultado tal que nos fuerza a rebuscar y obtenemos así un nuevo valor, contrario al inicial pero mucho más satisfactorio. Prueben a contrastar las opiniones de los gobernantes italianos respecto a las personas del barco Aquarius con las opiniones de los gobernantes de aquí; ambas se presentan como razonables pero solo una solventa la duda. El fenómeno es muy similar al conocido como “caso de las colinas antigravedad” explicado ya por los científicos. Los investigadores descubrieron que la falsa conclusión se obtiene porque carecemos de un horizonte visible y así nos parece que en una carretera empinada cuesta abajo se tiene la sensación de que existe un leve descenso cuesta arriba.

Es la falta de un horizonte ético lo que explica que tiene que llegar ese joven para mostrarnos cómo pueden convivir excelencia con equidad. Sin distribución de la riqueza no hay Justicia. Si los estados no garantizan las atenciones básicas, los instintos básicos infectan a la sociedad resultando que el robo y los latrocinios surgen como conclusiones a esa falta de horizonte: tanto el menesteroso como el rico huyen de la virtud.

Por Justicia -eso que ahora se lleva tanto- todo tributo, por ser obligación fiscal, debe estar previsto en la Ley. Por el principio lógico de la Economía, lo que se recauda debe estar contemplado en los presupuestos. Por seguridad, se debe dar a los ciudadanos tiempo y maneras para que puedan pagar y por claridad, los impuestos deben ser sencillos y no confusos.

Lo más difícil del complejo mundo impositivo no es la recaudación sino la redistribución; es en el reparto donde se distinguen a los diferentes gobernantes y administradores. Mi duda es si vamos camino de considerar que los impuestos no son castigos sino reajustes para no dejar a la deriva a los que huyen de la pobreza.

 

Goyo

21-jun-18

 

El principio de concomitancia.

 

En mi curriculum figura que soy Licenciado en Filosofía y Letras, lo que entiendo que me da licencia para pensar y escribir lo que pienso. Esta concesión que me otorga el título no la tiene cualquier persona; no obstante, no soy partidario de restringir el pensar libre para los no licenciados ni acortar libertades para quien desee expresarse por escrito,… aunque sea con faltas de Ortografía,…incluso con otras faltas. Pero los tiempos siguen incómodos para la Filosofía como lo prueban los horarios y el prestigio de estas enseñanzas en los estudios de nuestra juventud.

 

Como una especie de mal remedio, los periodistas adultos recogen valoraciones excelsas de los viejos filósofos, sobre todo si estos acaban de fallecer, que es cuando adquieren nombradía y relevancia.

 

Pues una de las cosas que intenta controlar el pensamiento lógico -la Lógica es una parte de la Filosofía- es el cuidado que debemos observar al concluir cuestiones de raciocinio. La Teoría de la Demostración en el razonamiento estoico, trata de establecer las relaciones de concomitancia o de sucesión de acontecimientos. Por ejemplo, se produce un suceso el jueves, tal como la sentencia del conocido Caso Gürtel y salen entonces periodistas que detectan que la caída del Ibex 35 se debe a la sentencia. Al día siguiente, aparece la noticia de la Moción de Censura y otros periodistas afirman que la caída de la bolsa de debe a que Pedro Sánchez quiere tumbar al gobierno. Como ven, la búsqueda de la certeza más bien parece al vulgar episodio de arrimar el ascua a su sardina.

 

Es indiscutible que el segundo acontecimiento -la Moción de Censura- se produce como consecuencia del primero -la sentencia Gürtel- pues son sucesos concomitantes. Ahora bien, la ocurrencia de un tercer suceso -la caída del Ibex- que se produce en la inmediatez de uno o de ambos sucesos, no tiene por qué ser también concomitante. Tanto la sentencia adversa a un partido como la moción de censura a un gobierno son elementos propios de una crisis; pero desconocemos si, de forma separada o conjunta, son mecanismos explicativos de cómo funciona la esencia de la Economía, que nadie la entiende.

 

Comprenderán ahora mi duda permanente por la concesión del Premio Nobel de Economía, que ni lo instituyó Alfred Nobel, ni sirve para paliar los niveles de pobreza.

Goyo

12-jun-18