Lunes

 

Lunes

 

Los lunes son ya otra cosa; cada vez los lunes son más quebradizos, puedes fácilmente partirlos en trozos como cuando sacas chocolate de la nevera, y así adivinas el futuro curso de la semana. Por ejemplo, el pasado lunes abrió las puertas a la primavera. Si pareciese poco, ese lunes también sirvió para recordarnos que al menos una vez al año debemos seguir protegiendo los bosques, conservar los bosques, incluso creerse que aún es posible aumentar la extensión de nuestros bosques.

El pasado lunes nos revolvió de nuevo palabras y emociones para que las poetisas y los poetas hicieran fiesta de lectura y de escritura de los escritos bellos. Y además, la Organización de la Naciones Unidas nos recuerda que desde 1966, el 21 de marzo es el Día Internacional dedicado a la eliminación de la discriminación racial. La gentileza de ese lunes radica en que también tiene fuerza social suficiente para dedicarlo a las personas con Síndrome de Down, que no es una enfermedad, sino una especial forma de ser, pensar y hacer, causada por la triplicación del vigésimo primer cromosoma de nuestra dotación genética, por eso también se llama trisomía 21, numerología que nos vuelve a fijar la fecha del día 21 del tercer mes del año.

Hoy también es lunes y se seguirán encendiendo hogueras en Idomeni, que no creo que sirvan ya para calentar; seguiremos vertiendo a los arroyos claros las aguas sucias que con tanta abundancia nuestra sociedad produce y seguiremos sembrando los campos de ripios de chuscas caseras, de muebles derrumbados y de coloridos plásticos desusados. También seguiremos sembrando casas en los parajes silvestres con la misma intensidad que aumentamos la población de casas abandonadas en los parajes urbanos.

Leo que Extremadura necesita 18.600 viviendas nuevas antes de que llegue 2029, con lo que es muy posible que el censo de viviendas viejas aumente en la misma cantidad: menos bosques, más aguas sucias. Ya nos avisan que el pantano del Arroyo de las Lobas -Guadiloba- anuncia déficit inmediato para antes del verano.

Hoy es otro lunes hermoso; que nacido tras una semana de recogimiento procesional, se presenta dispuesto para ser declarado “lunes del entendimiento” y se inauguren así las obras dialogadas para un nuevo y luminoso gobierno. Bueno, esa es mi duda.

Publicado en Avuelapluma

Lunes de Pascua de 2016

Parece un accidente

 

refugiados.

 

Lo de Turquía viene de atrás, vamos que trae cola. Y lo del Mediterráneo, tenemos la obligación de recordar que es un continuo nido de cuco de los países ribereños: en unas épocas son los sureños los que envidian a los del norte, en otros tiempos los orientales desbancan a los de occidente, luego se quiebran los órdenes y suele ocurrir frecuentemente que los ricos son los que ponen los huevos para que los pobres engoren.

 

No hay en el mundo un mar tan bien rodeado de gente tan mal avenida, un charco tan insólito de historias y una bañera tan habituada a servir de tumba de creyentes fieles a los tres monoteísmos nacidos en sus orillas. Y mira que los tres -cristianos, judíos y musulmanes- son más que primos hermanos, pero se comportan como alejados cuñados; the three hatefull, que diría Tarantino.

 

Ya conocemos que la guerra persiste de modo especialmente enconado en Siria provocando exilio forzado de cientos de miles de familias ya rotas y de personas ya sin familia. Naturalmente, huyen hacia la zona que entienden más próxima y segura, aunque para ello arriesguen su vida cruzando mar inseguro. Quieren refugiare en la Europa Unida y la Europa unida le ha dicho que nones, que deben retornar, y ahora le ponen de policía a la gendarmería turca, con dinero de los europeos unidos. La vergüenza ideológica nace al constatar que cuando el gobierno turco airea una democracia más raquítica es cuando los supuestos demócratas europeos unidos le están facilitando una futura integración

 

Otra gente ajena a la gobernanza europea afirma que la decisión de devolver los balseros a Turquía es ilegal, contraria a las normas de acogida y protección que tanto se airearon a finales de siglo pasado y que se presentaban como ejemplo a seguir y que tenían el amparo de la ONU. No existe ahora piedad con las personas que huyen de la guerra, ni acogida humanitaria, y lo que es más peligroso: se ha perdido el concepto y sustrato de la solidaridad como componente íntimo de la Justicia y se quiere -malamente- sustituirlo por el voluntarismo caritativo. Conviene repetir que la caridad no es Justicia, y para que ésta exista se requiere que la solidaridad se ejecute de forma obligada.

 

Todo esto me empuja a la futura duda de si se están preparando las cosas para que lo del mar parezca un accidente.

Goyo

14-mar-16