A Felipe González y otr@s cuant@s

Algún día, tarde o noche, aprenderemos que hay personas que se alimentan con la edad. A esas personas hay que destinarles encomiendas más serias.

Pero estamos rodeados de palurd@s que piensan que el elixir de la Política está en la juventud; cosa que seguirá siendo divino tesoro, pero no capital terrenal.

Goyo

Primer día de Junio de 2009 

La receta.

En dos ocasiones distintas, es dos pueblos diferentes, siempre en épocas sociales pacíficas y sosegadas, personas de edades amplias me han dejado entrar en las claridades de sus recuerdos de guerra, de esa guerra que sigue llamándose “civil”.

No sé precisar qué idea conversacional o qué detalle de cercanía despiertó el ansia avivada por contarlo todo, (“todo”, según ellos)… como si así quisieran desprenderse del agobio.

En la primera ocasión, hace ya más de veinte años, se trataba de un hombre que hubo de huir a Brasil en el año 39 y regresó a mediados de los años sesenta. La tarde de conversación abrió en dos las voluntades; la mía de recoger recuerdos y valores, la suya de repetir ambiente de intercambio. Cuando me presenté, al día siguiente, a la hora acordada y con aquel magnetofón en mano, me espetó triste que no había podido dormir esa noche y que no se atrevía ya a contarme más detalles. Comentado el episodio con otro lugareño de confianza, me dijo que lo entendiese como normal: “es la receta”, la gente ya sabe lo que cuesta el querer ser libre de pensamiento, es una lección que aprenden para toda la vida.

En la segunda ocasión, hace tan solo un par de años, cuando las aguas legislativas comenzaron a hacernos creer que el entendimiento podría comenzar a ejercitarse, una mujer de avanzada edad decidió abrirse en intenciones de enseñarme cómo las heridas de la memoria le seguían lacerando a diario y que era incapaz de limpiarse de temores y descansar del terrorismo mental. Cuando me presenté la tardenoche siguiente, la mesa camilla nos arropó otro rato de cháchara, de la que no pude sacar nada en claro porque -me reconoció- no se atrevía “a contarlo”.

Me sigo preguntando qué tipo de receta ideológica impregnó a tanta persona para que el miedo siga triunfante.

Hoy entiendo perfectamente la decisión de esa institución suprema que ha encendido la luz verde para admitir una querella contra el juez que ha decidio investigar sobre el franquismo y los crímenes de guerra. Quizá no habrán podido dormir esta noche.

Goyo

28-may-09

Comienzan las elecciones, siguen las dudas.

Que no, que hoy no toca la cosa electoral europea que hay otras penurias participativas. Fíjense que dicen los expertos que más del 60% de las cosas que nos pasan, suceden por las decisiones que en Bruselas se resuelven, para que sepan que las cosas de nuestras cercanías son verdaderamente minorías, jacarillas de entremés. No obstante, presiento que el clima real y la forma con que amenaza mostrarse me preocupa más que el mismo secuestro de la Europa Social.

Hay que saber elegir en estos tiempos resecos del cambiazo que nos ha impuesto la desidia. Las autoridades regionales han hecho bien en recordarnos que el campo está escurrido, reseco por los calores presentes y dispuesto a seguir acogiendo árboles se presentan ahora verdes; el campo siempre tiene buenas intenciones.

Ya ven, el peligro aparece cuando las alegrías se juntan: surgen “brotes verdes” en la Economía -como si la economía alguna vez hubiese tenido tal color-, el pueblecito de Pescueza es capaz de sembrar 8000 árboles y la Feria de San Fernando, en Cáceres, parece diseñada para encender las luces de Europa y sus elecciones.

Y luego caigo y me comienzan a asaltar las dudas,… quizá que los brotes sean los sarpullidos que alivian la travesía de este fondo que tanto tiempo tarde en tocarse o que tanto tiempo seguimos tocando.

El otro miedo y peligro me asalta porque no sé si los ocho mil arbolitos del bosque de la Oreja de Van Gogh van a tener agüita de beber este verano. Lo importante de sembrar un árbol comienza a la semana siguiente y desde entonces debemos adquirir la obligación de seguir su arraigo; al menos durante dos años, que así nos aseguremos que con nuestra ayuda ha podido soportar dos largos veranos.

Y se junta la tercera: ya he participado –orquestado con mi cuadrilla de aprendices- dos veces en tantas reforestaciones del cacereño “Cerro de los Pinos”; otras tantas, he debido persuadir y animar a mis colegas chiquitos que hay que sembrar un árbol después que supieron que aquel otro que otros sembraron el año pasado se perdió en un incendio.

Sembrar un árbol es cosa bella aunque haya bellacos que nos queden con la rabia entre los dientes. Volver la visita al páramo no es agradable. En un incendio con intenciones, en cualquiera de las tardes del vacacional agosto, lo verde pasa al amarillo, al rojo, al negro,… al gris; sin pararse a preguntar.

Dudo que los incendios sirvan para preparar el terreno para otra reforestación, que volverá a ser animada de niñas, concejales, periodistas y maestros,… otra vez todos sonrientes y con barro en la manos. Hay que seguir reforestando como si con ello obtuviésemos una entrada gratis a esa Feria a la que solo asisten las personas que nunca han roto un árbol.

Goyo

25-may-09

Acces denied

A vé”, de las once propuestas, la de los coches dicen que ya empieza a funcionar desde este mismo lunes, por lo que mis pupilos se presentan presionando el tiempo y el saber; porque quieren saber “cuándo” es eso del ordenador. Y yo les digo que primero se tienen que sacar el carné de conducir ordenadores.

Ya saben eso de “acces denied”, por lo que una de las primeras lecciones la tienen incrustada en el repertorio.

Y como las máquinas pensantes de las escuelas no deben ser las mismas que las de casa, de aquí a septiembre nos corre prisa decidir qué condicionantes dibujarán las dotaciones y programas con las que debe presentarse tan atractiva y ligera mochila.

Me parece que uso del ordenador satisface porque tiene, entre otras, la capacidad de evasión, la capacidad de información, la de comunicación y la posibilidad de seleccionar,organizar y almacenar datos. Tiene todo lo que una cabeza bien puesta desearía tener. Hablo de una cabeza libre, sin sofware prisionero.

Así pues, lo segundo que deberíamos decidir es la cantidad de oferta evasiva con la que vendría dotada la máquina. Mi opinión es que con un programa que posibilite hacer dibujitos, colorearlos e incluirlos en los documentos de texto que se creen, sería suficiente. En primaria, nada de fotos, nada de vídeos, … nada en el sentido de activar.

Con respecto a la capacidad de información se puede limitar de forma similar a como se limita en un libro de texto; los conceptos, las relaciones, los razonamientos, las ilustraciones, los ejercicios, las indagaciones,… se podrán proponer en abundancia incluso para que pueda optarse por lo más cercano al individuo. Posibilitar también que desde el mismo colegio/aula se sumen otros paquetes informativos. Claro, antes habrá que decidir dónde quedan las editoriales de textos impresos en papel. Un motor de búsqueda de la información disponible/exigible, un almacén de ejercicios realizados, un historial de consultas y un acceso que respete el carácter público de la herramienta, deberá acordarse bien pronto.

Sobre la capacidad de comunicación, convendremos que no debiera ser la escuela, o el instituto, la cuna de ningún tipo de red social comercial de púberes o de adolescentes. La posibilidad de comunicación entre los elementos del universo educativo es algo que atañe a toda la comunidad y deben iniciarse ya los primeros debates.

Sobre la capacidad de almacenamiento y organización de datos, creo que es asunto donde se encuentran los problemas de menor transcendencia. Incluso se debe contemplar la bondad de un “diario” reservado para el usuario.

Seguiremos esperando, …“ a vé”

Goyo

18-may-09

Sobre los ordenadores en mi clase de 5º

Como si me lo hubiese olido, antes de ayer espeté a uno de mis alumnos de quinto de primaria con el sorpresivo consejo: “¡A ver cuándo te traes el portátil! “; me acababa de preguntar el muchacho que cuántos millones de personas habitan Europa … -yo tenía el portátil encendido-.

Rememorando la broma seria, hoy les he puesto en actualidad anunciándole la intención del Gobierno de España de facilitar un ordenador portátil a cada infante de su estado y condición; claro está, no sin antes arengarle del peligro habitual que suelen tener esos trastos.

Yo les apuntaba el lujo de tener la información a golpe de tecla, la ligereza de la mochila desprovista de libros y la torpeza de que los aparatos se presentasen atiborrados de juegos.

Tras un periodo de trabajo serio, he interrumpido la quietud de la clase para conocer su disposición a tal efecto y les he pedido su opinión acerca de si tales ordenadores escolares -u otros- deberían venir provistos de juegos; este es el resultado de 18 personitas de once años.

  • a.- Los ordenadores no deben tener juegos. 12 votos
  • b.- Los ordenadores deben tener juegos. 5 votos
  • c.- Me abstengo, no lo tengo claro. 1 voto

Para que conste, surga efectos y afecte oportunamente.

Goyo