Ya, eso es lo que parece: ahorro energético que dice mi amigo Antonio Peña, que ha sido quien ha hecho la foto; pero debajo de las colchonetas, los personajes y las bolsas, van ocultas las armas de destrucción masiva.
Goyo
30-nov-08
Ya, eso es lo que parece: ahorro energético que dice mi amigo Antonio Peña, que ha sido quien ha hecho la foto; pero debajo de las colchonetas, los personajes y las bolsas, van ocultas las armas de destrucción masiva.
Goyo
30-nov-08
Para esto también se quieren a los amigos; cuando te superan y crees que por mucho que hagas no llegas a ellos, tienes la obligación de mostrarlos, de enseñarlos,… para que la gente sepa con quién te avienes y con quién compartes. José Luis Prieto, acaba de presentar una denuncia ante la Fiscalía de Santiago de Compostela sobre un supuesto delito de calumnias contra el Rey, presuntamente lanzadas desde la COPE.
En la foto, acompañándonos, José Luis Prieto en el centro y José Antonio Donaire con la camisa blanca; el de camisa verde, naturalmente, soy yo.
Dedícate a leer un apoyo decidido. Este de aquí abajo, es el del clavel rojo.
Goyo
27-nov-08
La calle no es solamente lo que se forma con las casas que están al lado de mi casa; también han de añadirse las casas que están frente a las nuestras; la gente da en decir que cuanto más larga y ancha sea la disposición, será mucha más calle. Y mucho más, modernamente, hay que contar también las casas que se colocan encima o debajo de nuestras casas: la calle es un galimatías. En nuestro país lo es de tal condición, que quizá por eso nos gusta estar en la calle más que en casa, y no solamente por aquello que dicen del clima; es más, yo pienso que el clima es otra condición que inventamos los ibéricos para estar más tiempo en la calle. Y mucho más modernamente, la calle es
Desde allí, aplicando la ingeniería cognitiva de las relaciones metafóricas entre conceptos –así lo expresa mi admirado Punset- copio, corto, pego y recompongo una especie de revoltijo neuronal al ajillo: Si el señor Monago se dedica «a patearse» los pueblos extremeños y los expertos de la calle afirman que ésta te vuelve arisco,
Las otras cuentas las dejo para ustedes.
La extensión del periplo la dejo para los geógrafos y tácticos en guerras de guerrillas.
Las palabras de “A tomar la calle” tal como lo sigue cantando Pablo Guerrero, hay que tomarlas como aconsejaba Neruda: como beben las palomas: un sorbito y levantar la mirada al cielo.
(La foto es mía, ¿eh?)
Goyo
24-nov-08
Hoy comienza bien el día. Me encuentro en la calle con el padre de un alumno que tuve hace tres años; el mozalbete suspendía casi todas las asignaturas al comenzar quinto de Primaria, terminó el curso con tropezones, comenzó sexto animoso, terminó su estancia con alegre normalidad y ahora, me comenta el padre que de todos los exámenes que ha realizado en 1º de ESO no ha suspendido ninguno.
Quizá sirve de mucho ser agnóstico de la cosa disléxica.
Felicidades muchacho por tu apostasía psicológica, aunque yo tenga parte de culpa.
Goyo
24-nov-08
Quedan muy pocos. Y menos, con este aire de saber decidido. Pese a su edad ha optado ya por el oficio que llena de música viva las calles de los pueblos. Las notas escaladas de las flautas de los afiladores han vuelto a escucharse.
Me lo encontré esta mañana de sábado, en mi pueblo, y lo he recibido como una bendición de inolvidables recuerdos. Se llama Alejandro, vive en Cáceres, en una de las calles con nombre bello: Avenida de la Bondad.
¿No debiera subvencionarse este paisanaje?
Bueno, pues que sea Cáceres la capital europea en el 2.016.
Goyo
22-nov-08
Al desarrollo denominado urbano, que ustedes mismos habrán podido observar a qué destinos sociales conduce, parece que le sigue el desarrollo rural.
Mientras tanto, ocurren cosas tan importantes y seguidas, que el sosiego no alimenta ni a los ciudadanos ni a los gobernantes. No sabemos a qué atender con nítida decisión; por eso me doy una vuelta por la semana pasada y revuelvo los registros que la sociedad extremeña produjo tras el encuentro que a mí me parecía quebrantador de la molicie y del mismo ajetreo: ¿Qué vamos a hacer con los pueblos?
La solución se dice que está en un documento denominado “Declaración de Mérida” firmado por España y Portugal el día 14 de noviembre en la capital autonómica extremeña. La llamada Declaración de Mérida, tiene un texto de «consenso y compromiso» fruto del intercambio de experiencias y políticas que, durante tres días, se ha llevado a cabo en el marco del Congreso Ibérico de Desarrollo Rural Sostenible, clausurado hace justamente una semana.
Lo que a mí me extraña, es que tan magna y delicada necesidad no haya levantado más aplausos que aquellos que habrán fabricado los asistentes a la hora de inaugurar o clausurar el evento: unos trescientos expertos que habrán dicho muchas más cosas que las que presenta la prensa. ¿ Alguno habrá dicho que la voracidad urbana fabrica a la perfección un ruralismo insostenible ? ¿Con qué personal se van a llenar los PGOU de los grandes núcleos urbanos extremeños ? ¿Cuántos pueblecitos están condenados a desaparecer para engordar a los gordos? ¿ Qué sanciones administrativas y políticas están previstas para castigar la codicia urbanística de las ciudades ? ¿No tiene suficiente crisis lo rural?
Hubo en otros tiempos otra “Declaración de Mérida” -lamentablemente casi olvidada por tirios y troyanos- aquella que anunciaba que las visiones autónomas provocaban ceguera nacional y que la paz no es solo silencio de armas; parece que atajar ese vicio tampoco interesa ahora. Tampoco interesa ahora abrazarse con Portugal. Tampoco interesa ahora torcer los diseños económicos hacia el campo, si no es para avasallarlo con escombros que surgen de construcciones que provocan cada vez más ruina global, diversa y acentuada.
¿Cuántas veces nos deben demostrar que mucho de lo que hacemos se ejercita limpia y decididamente contra el desconocido Informe Brundtland (1987, hace 30 añitos, oiga)
¿Cuántas veces hay que decir que la expresión «desarrollo sostenible» arrastra una falacia interna?
¿Cuánto rural está dispuesto a tragarse este urbano?
No importa demasiado,… sólo uno de cada tres españoles lee en blogs y éste lo lee poquita gente.
Goyo
21-nov-08
Me he resistido bastante por la sencilla o complicada razón que se asienta sobre mi principio de que es bueno no querer molestar a nadie; pero la gente de la proximidad me venía insistiendo para que incluyera mi RSS, para que se sindicasen, para que las amiguetas y amiguetes recibieran de manera autománica las variaciones a que someto este blog.
Yo sigo pensando que esa orden libre puede ir cargada de empacho. Allá ustedes, vosotras, vosotros,… Ya he colgado mi nueva oferta.
Cuando os apetezca, me borráis de la lista.
Goyo
20-nov-08
Siempre se me ocurren comentarios que molestan a los poderosos; sin embargo, ellos, siempre tienen la gracia de ocurrírseles comentarios que seducen a los débiles.
Goyo
19-nov-08
Al principio no quería, pero no ha tenido más remedio que obedecer: César ha tenido que ir a Argentina a llevarle unas bellotas a Sebastián Lorenzo. Las bellotas son de encina y de alcornoque, ambos árboles de la familia “quercus” y con fruto-semilla tan semejantes que a simple vista no existen diferencias. Yo, cuidadosamente, introduje unas en una bolsita y las otras en otra bolsita, las cerré y las diferencié con una pegatina que decía “encina” y con otra pegatina que decía “alcornoque”. Dentro iba un folleto explicativo y una cartita “para cualquier persona sensible”.
Y me twitea Sebastián demandando el proceder para que germinen las bellotas; y eso es lo que viene a continuación:
Se puede optar por sembrarla primero en maceta para después trasplantarla definitivamente al suelo o -mejor aún- procurar suelo donde crecerá definitivamente.
El principal problema argentino de estas fechas es la proximidad de la estación del verano austral. Procúrese que la plantita, si germina, no sea expuesta a los rigores del verano. No requiere cuantiosa humedad, ni tampoco tierra selectivamente fértil.
Para acelerar la germinación, podemos rociar con unas gotitas de agua el interior de una bolsita de plástico, cerrarla con una bellota dentro, sin sellarla herméticamente (debemos asegurar cierta transpiración) y esperar a que aparezca la raíz (cuatro o cinco días). Cuando aparezca la raíz y tenga más de un centímetro, es el momento para pasarla a la maceta provisional o al suelo definitivo. Repito, no enterrarla excesivamente. En su estado natural, la bellota cae sobre el suelo, enraiza y crece sin necesidad de taparla.
En cualquier caso, tapar la bellota con no más de dos centímetros de tierra, es suficiente profundidad, regar para que la tierra se compacte y no abusar del riego sobre la maceta o sobre la tierra donde crece.
Si brota en maceta, (de unos cinco litros de capacidad) podemos guardar la planta durante dos años. Al paso de ese tiempo deberemos proceder al trasplante definitivo o sobre otra maceta de mayor capacidad. Por eso es importante elegir una maceta tronconónica, que permita el cambio con la menor agresión radicular posible. Los “quercus” son especies arbóreas extremadamente sensibles al trasplante. Ha de hacerse el ambiente muy húmedo, (si es posible, cuando esté lloviendo) en invierno (es decir, en los meses argentinos de julio o agosto) pero nunca provocar encharcamiento.
El crecimiento es excesivamente lento; algo más rápido en el caso del alcornoque.
La madera de la encina es extraordinariamente dura, sirvió de siempre para acompañar al trabajo y a la herramienta rústica. Su combustión es muy energética y los manjares del horno de madera de encina es uno de los sellos de prestigio de la comida mediterránea.
La corteza del alcornoque es el corcho, esencia de la preservación del vino. Una botella cerrada con tapón de origen plástico, es como una hamburguesa que se cuela en un churrasco pampero.
Son los árboles “pobres” de nuestra tierra; bueno “pobres” para la gente pobre de espíritu y cultura, de esa gente que rebosa ignorancia.
O sea, Sebastián, que si la Naturaleza nos ayuda, tus nietos tendrán y disfrutarán de un árbol histórico.
Que sea por ell@s.
Goyo
18-nov-08
Patatas –origen americano– fritas –integración mediterránea– con salsa árabe –no necesita aclaración– acompañando al “pulpo a lo pobre” –así van los océanos también– guarnecido con judías –anda que la Jerusalén está como para nativitas -.
El postre es flan chino, el café «arábica robusta» del Sudán y el chupito es de vodka.
No caigan en la perversidad, esto no es para los participantes del G-20.
La foto me la ha facilitado mi compadre Antonio Peña.
Goyo
17-nov-08