Un queso con protección

Mi pueblo tiene ya nombre de queso, de un queso especial que nace natural cuando ciertas condiciones climatológicas se presentaban de improviso para desgracia del pastor de antaño; pues un torta no era un queso, no permitía su pasta que la caseína formase una pared para soportar la masa fermentada hasta que el verano llegase y pudiera venderso como producto y cosecha del trabajo del año. Las ciencias y las tecnologías alimentarias han hecho que podamos producir la Torta del Casar con acierto indiscutible. Algunos políticos hemos hecho que un producto depauperado por los poderosos sea motivo de orgullo de ocupación y profesión ganadera y quesera.

Ahora nos viene a bendecir el uso y la gestión que ha de hacerse con las extensas tierras de la Zona de Especial Protección de Aves «Llanos de Cáceres y de Sierrafuentes«; un plan rector concebido por representantes de todos los sectores sociales va a certificar que Extremadura sigue en la cabeza de las iniciativas que saben conjugar equilibradamente los valores medioambioentales con los tradicionales y con los de un desarrollo no dañino.

Un queso procedente de un paraje ecologicamente protegido es otra garantía de certificación natural y de ocupación acorde a los tiempos. Un 12% de las tierras definidas por la Denominación de Origen están dentro de la Zona de Especial Protección; o sea, acabamos de aumentar un 12% la buena fama de lo que es internacionalmente famoso.

Por eso hay que seguir protegiéndolo más.

Goyo
27-ago-06Â

Maggot Brain

Cuando en el 83 yo visité la extinta Checoslovaquia, viví durante cuatro días en un sencillo hotelito de Pilsen, desde la habitación observaba el ajetreo de lo que aquí sería una mezcla de Instituto de Enseñanza Secundaria y Escuela de Artistas. Hubo ocasión de almacenar dos detalles imborrables: los chicos y las chicas llevaban un pequeño bolso de bandolera, -cosa que copié desde entonces y que aún me acompaña el hábito pese a tiempos pasados en los que algunas personas viciosas de prejuicios pretendían asociar la colgada maricona al mariconeo-. El otro detalle que quise grabar para siempre era aquella variadísima entrada-salida de jóvenes portando los más variados instrumentos musicales. Indagué un poquito y me atravesó la envidia: estudiaban tanto a los rockeros como interpretaban su folklore, conocía a los barrocos como disfrutaban con variaciones de Police.

A la sazón, yo pensaba en aquella juventud española de los ochenta encerrada en la incultura musical, tan sólo barnizada por éxitos comerciales. La música era casi cosa prohibida en aquellas nuestras escuelas, diversión de chiflados, tarea de saltibanquis,…

Ya no es así.. Basta observar una tarde cualquiera la entrada-salida de la Institución Cultural «El Brocense» es lo mismo que aquél templo checoslovaco de la cultura, del arte y de la ciencia.

Y este reconocimiento que culturalmente los extremeños debemos darnos, tuvo en mi pueblo, la noche del pasado sábado un certificado indiscutible: en un concierto gratuito y al aire sano y libre, actuó durante dos horas un grupo («Maggot Brain») de jóvenes músicos de rock, actuó con maestría de sentimientos, con ganar de enredar el tiempo entre las cuerdas, con alternancia sentida y estudiada de las dos guitarras solistas -cosa rara y apetecible- y con un detalle de auténtica colectividad: se habían dejado caer otros dos músicos de similar tendencia e invitaron a subir a John Itúrbide, cantante rockero vasco de «Hot Dods» que hizo brillar la conjunción con una personalísima forma de ser y dominar el escenario, el grito, el baile, la mirada y la armonía. Volví a sentir de nuevo la necesidad de grabar el recuerdo. Volví a recordar Pilsen. Supe que la Música ya vive en muchas cabezas jóvenes extremeñas y vascas.

El público no fue muy numeroso; lo numeroso, al parecer estaba en el botellón que bailaron después, en el mismo sitio, música gratis de comercio enlatada.

Este detalle no lo voy a grabar.

Goyo
20-ago-06Â

Â

Miguel de Tena, tiempo de arte.

Como si no hubiese sido dicho nunca eso de que el Arte rompe fronteras y pone en ridículo mezquindades territoriales, esta vez dos extremeños han llenado de buenas noticias el fin de semana más vacacional del año: Miguel de Tena, joven cantaor extremeño ha conseguido la Lámpara Minera de la 46 edición del Festival del Cante de las Minas en la Unión (Murcia). En el mismo festival, otra joven promesa extremeña, Pedro Peralta, consiguió ganar en la modalidad de cantes bajo-andaluces por sus tangos extremeños.

Lo valioso del triunfo de los cantes «diferentes» en lo que los expertos consideran la catedral del flamenco, es que Miguel de Tena tuvo «por suerte» que iniciar con su actuación el certamen. Repito: Miguel de Tena fue el primer concursante en intervenir y por la pura lógica del presente, todos tendemos a valorar mejor lo inmediato cercano que lo inmediato lejano, ley que se aplica con rigor tanto en los mítines como en los conciertos musicales.Â

Si Miguel de Tena bautiza el festival con una minera, sin necesidad de temple, y tras más de dos horas de cante, toque y baile el jurado reconoce la maestría de la pieza, ello implica que la huella de su voz no pudo apagarse en toda la noche. No había otra salida que conceder la lámpara a Miguel.

Pues eso, Miguel, que no te lo creas, que te queda mucho trabajo aún.

Goyo
18-ago-06Â

El espíritu de Aldeacentenera

No sé cuántos ordenadores habrá en Aldeacentenera; pero su alcalde bien merece un reconocimiento, como siempre tardío.

Kiko Monterroso tuvo hace años la pre-visión de que las aldeas rurales podrían revivir con honestidad si participaban desde el principio en las nuevas formas de comunicación, de información, de publicidad y trabajo que anunciaba Internet cuando Internet era tan solo el mundo de lo curioso, de lo snob y de lo universitario. Él supo aunar las diversas tendencias (telecomunicaciones, administraciones, partidos políticos, peridiostas,…) que afloraban en este país y reunir por primera vez más de doscientos brujos cibernéticos bajo el experimental primer encuentro de «Socialistas en Red».

Fue allí, en Aldeacentenera, al comienzo de un verano tierno con cielos adornados de ultraligeros, con las primeras antenas Wi-Fi, con las grandes compañías de telecomunicación regalando bolígrafos y con platos de quesos de Los Ibores en las mesas. Allí se encontraron por vez primera socialistas y no socialistas, aventureros de la épica cibernética, augures de aquello no eran tres días cualesquiera y autoridades que ya andaban preconizando que un nuevo tren se avecinaba.

Después se despertó la envidia, ya todo el mundo quería repetir el invento y al tercer año, en junio de 2.002, en el encuentro celebrado en Santa Pola (Alicante) allí quedó bautizada la expresión «Espíritu de Aldeacentenera», precisamente por Joaquín Almunia, no como significado dirigente socialista, sino como enviado europeo para proteger los primeros intentos de levantar el balbuceante mundo de la Red.

Ya sonábamos los extremeños con aquella disparatado idea del Presidente Ibarra: «el Linex», que levantaba los mismos aplausos de los ingleses punteros, que las burlas más sonoras de los de aquí cerca.Â

Kiko Monterroso es uno de los escasos españoles que tiene reconocimiento oficial de «Ciudadano Honorable de la Habana» por su constante entrega a favor del pueblo cubano, de los cubanos pobres, de los sencillos cubanos.

Yo no voy a proponer nada, pero conviene recordar que le debemos mucho.

Goyo
05-ago-06