Un "NO" bien fresquito

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No me refiero a Irlanda, sino a Cáceres. Terminado hace minutos la celebración del Congreso Extraordinario del PSOE de la provincia de Cáceres, merecéis –merecemos– una breve reseña de este «NO» rotundo, unánime y largamente aplaudido contra las 65 horas. Es que es mucho esperar a mañana a las 10:00

Aunque la condición extraordinaria del congreso no permite, de principio, la propuesta de debate, acuerdo o resolución distinta a los asuntos por los que se convoca, me he acercado discreta y silenciosamente al presidente de la Mesa y le he dado un papelito que decía que no podemos quedar impasibles ante este momento social y que deberíamos rechazar de plano la propuesta presentada al Parlamento Europeo por la que se insta a preparar cuerpo legislativo para instalar las 65 horas como horario semanal laboral posible.

Tras la obligada consulta al resto de la Mesa y otros expertos del Sanedrín, una vez terminadas las tareas gordas de elección de delegad@s al 37 Congreso Federal, el Presidente ha dado lectura a mi propuesta que ha sido clamorosamente aceptada y sentidamente aplaudida. Es un premio que nos merecemos y que debo comunicar para compartirlo.

Añadid: el Secretario General de la provincia de Cáceres me traslada que elevará en lo que pueda, este sentir para que el resto de provincias y de Congresos Extraordinarios asuma el pronunciamiento.

 

Goyo

16-jun-08

Las horas de los bárbaros del norte

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Con palabras.

A tenor de cómo las sociedades vienen organizando la compraventa del tiempo que dedicamos para mejorar el salario, parece que debemos reconocernos cada vez más astutos, si observamos cómo a medida que se reducen las horas y las fuerzas dedicadas, la contrapartida económica no cesa de aumentar.

 

Llevo hocicando en el futuro –porque sigo respetando el pasado- para aventurar que quizá nos aguarda un nuevo concepto de semana que, rompiendo el actual, a la vez soporte los fundamentos sociales de las grandes religiones, de las grandes culturas, y de los grandes acuerdos sociales. De tal forma se me aparenta la cercanía de una semana con cuatro días laborales y tres ociosos; aunque así de simple no me agrada la exposición.

 

Porque el trabajo social -que no para, ni conoce fiestas- tiende a articularse, administrarse, partirse,… en dos sesiones semanales en la que incluso los servicios públicos básicos funcionen con “normalidad”, continuamente, con independencia del día de la semana, o de tal semana en particular, o de tal mes anual; sin perjuicio de asegurar una actividad de la población laboral más confortable y diversificada.

 

Así, podríamos optar por trabajar viernes, sábado y domingo porque nos dejarían descansar lunes, martes, miércoles y jueves. O viceversa. Incluso pueden establecerse calendarios o periodos alternativos para que la vida social y cultural sea compatible y se facilite con el trabajo dignificado. Ya es indiscutible que alrededor de las artes, los deportes, las aficiones, los viajes,… se establecen tantos negocios y posibilidades laborales, que es en esta zona del sector terciario donde se producen los nuevos yacimientos de empleos y de empresas con mayor velocidad y contundencia.

 

Trabajar 65 horas a la semana reduciría posibilidades de intercambio de bienes y servicios a los que estamos habituados y que aspiran a ser conquistados por “las tribus menos civilizadas”. La propuesta es de por sí inapropiada al reducir tan bárbaramente las potencialidades laborales del turismo, de la hostelería, de los espectáculos o del retorno a un mayor contacto con el mundo natural agropecuario.

 

Es una auténtica barbaridad la propuesta de incitar -aún como apunte de debate- que el trabajo semanal es fruto de aquellos “bárbaros del norte” que ya en su tiempo tan bien describiera Manuel Marín. De aceptarse, la tendencia de ocupación de la población activa pasaría a ser la mitad de la actual y el nivel de desempleo lo conoceríamos por triplicado.

 

Pero siempre una idea tiene un primer artífice: necesito saberlo.

 

Goyo

15-jun-08

Una sonrisa, por favor

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Organizada por la asociación ecologista extremeña ADENEX se celebrará el próximo martes, 17 de junio, una jornada sobre los parques eólicos en Extremadura. En Montánchez, que es centro geográfico de la región. El caso es que de nuevo se levantan las oportunidades de participar, opinar y conocer la variedad de la problemática energética eólica.

Entre otras cosas, levantarán de nuevo voces y se expondrán al aire de nuevo las razones por los defensores de las aves afectadas por las palas de los aerogenerados; me explico, las palas de los molinillos eólicos giran a velocidad suficiente para provocar muertes a la población de aves que vuelan invadiendo la zona de giro.

Las anátidas, las rapaces o las insectívoras no van a los institutos para aprender eso de la velocidad radial: ignoran que en el eje de giro la velocidad es cero y en el extremo de la pala la velocidad depende mucho de la distancia a la que se encuentra el eje. Eso solo lo saben algunos humanos, por haberlo estudiado, o por haberlo experimentado aunque no vuelen.

El caso es que yo una vez estuve,durante tres años, en el grupo que la Federación Española de Municipios y Provincias compuso para estudiar la problemática diversa que afecta a los Ayuntamientos en cuyos términos se edifican y asientan estas instalaciones y, en lo que afecta a la problemática de muerte de aves por invadir la zona de giro, tuve el atrevimiento de hacer la siguiente pregunta que aún me sigue pareciendo razonable y de la que aún no he tenido respuesta.

Ignoro porqué las palas se pintan de blanco e ignoro porqué las aves invaden la zona de giro. Seguro que porque no ven lo que se les viene encima. Luego si diseñásemos la cosa para hacer visibles las palas a las aves, lo mismo el mismo giro hacía de espantapájaros efectivo y así se impedía tanta muerte atroz. Pregunté entonces que si alguien conocía algún estudio acerca de cómo ven las aves y las sonrisas de extrañeza se repartieron por el auditorio,… que si alguien conocía algún ornitólogo que nos orientase sobre el asunto,… que si alguna universidad,… algún reportaje de «la dos»,…algún libro de esos curiosos,…nada. Nunca tuve respuesta ni consejo indicativo.

Mas bien creo que me consideraban otra especie de pájaro despistado que chocaba una y otra vez como las moscas en los cristales limpios.

Por eso vuelvo otra vez a cargarme de ignorancia y de atrevimiento: ¿hay alguien por ahí suelto que quiera y sepa responderme? … mira que si al final pintando de verdes las aspas se evitase el problema,…

 

Goyo

13-jun-08

 

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Felicidades Google, ¡¡ gracias Google !!

 

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Google ha vuelto a crecer con el prestigio de la concesión del premio «Príncipe de Asturias» a la Comunicación.

 

El 17 de agosto de 2006, a las cuatro y media de la madrugada, indagué en la red para encontrar qué imágenes asociaba el buscador más utilizado a la expresión “Bandera Medioambiental”, “Bandera del Medio Ambiente”, “Logotipo Medioambiental”, “Símbolo del Medio Ambiente”,… en el mejor de los casos, en aquella fecha, Google respondía ofreciendo 12 imágenes.

Una de ellas, la única bandera, se refería a la Bandera Azul que el Parlamento Europeo concede a los municipios cuyos ayuntamientos se esmeran por cuidar y mantener sus playas de baño en las mejores condiciones. Eso también es Medio Ambiente pero no lo es todo.

Incitado por la ausencia de simbología en este campo, concebí la Bandera Medioambiental, y comencé el trabajo para intentar validarla como símbolo común y compartido.

Hoy, el buscador Google aporta 33.600 imágenes cuando le mandas buscar bajo la expresión “Bandera Medioambiental” bajo la opción “imágenes”

De forma que a mí mismo me sorprende, Google señala un total de 320.000 referencias asociadas a la expresión “Bandera Medioambiental” si le das “buscar” con la opción “web”.

Mejor todavía y más generoso se comporta con la opción “páginas en español”: las referencias han superado ya hoy las trescientas mil (333.000 referencias en español de Bandera Medioambiental con Safesearch activado)

Yo también debo dar las gracias a Google.

 

 

 

Goyo

12-jun-08



La Feria de Kobe

 

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Nosotros estábamos en ferias,… bueno, no habíamos llegado, pero el camino estaba debidamente señalado para comenzar seis días antes que llegase el día de San Fernando. Pese a que el evento se anunciaba con esplendor, nada o casi poco ha trascendido de la reunión de los ocho grandes en Kobe (Japón) que dicen que iban a dedicar un fin de semana entero a revisar, recomponer y reciclar el acuerdo de Kyoto. La conclusión es que no hay acuerdo de Kobe.

No obstante, para dar más negro al color del panorama, la gente se cabrea por doquier o se dedica a dejarlo para otra ocasión, visto que es más barato idear estrategias dilatorias que reconocer que se nos agota el tiempo útil y hay que decidirse por equivocarse, a riesgo de equivocarse, que es prácticamente lo mismo que aceptar que ya estamos equivocados.

Los ministros de Medio Ambiente del Grupo de los Ocho (G8) han sido capaces de estar tres días seguidos hablando de formas de reducir las emisiones de CO2 y han regresado cada uno para su casa -quizá- con regalitos y recuerdos pero sin ningún acuerdo; quizá se deba a que deben de nuevo reunirse en Hokkaido, el próximo mes de julio y será entonces cuando vayan pertrechados de agasajos y salgan más sonrientes en la foto.

En esta ocasión, en Kobe, los ocho grandes han invitado a los cinco “emergentes”: Brasil, China, México, India y Sudáfrica para ayudarles –dicen los grandes- en sus economías a la vez que así se frena en la contaminación y “para luchar contra el cambio climático de manera efectiva y global”. Aspiración realmente hermosa si recordamos que ninguno de los gordos se ha atrevido a experimentarla en sus propias carnes (Usted lo que debe hacer es hacerse caso de lo que yo le diga, no de lo que vea).

Esta vez, se han conformado con enseñarle el libro de recetas a los emergentes; pero no se han atrevido a sugerir fórmulas para los países subterráneos … que son los que no tienen ni agua para humedecer la semilla.

México, como invitado, ha propuesto a los señores de la cosa negra que quizá sería conveniente la creación de un Fondo de color verde, para establecer las responsabilidades, lo que les ha parecido muy bien a la gente de peso porque tienen mucho para pagar y mucho para responsabilizarse. Otra cosa será el destino y empleo de estos fondos. Al abrigo del principio casi aceptado de que «el que contamina, paga» nos falta áun asegurar que la cuantía de la pena sea mayor en verdad disuasoria.

Goyo

09-jun-08

Viviendas gratis,… oiga!!

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Ignoro qué colectivo o persona en concreto ha solicitado de la Federación Provincial de Empresarios de la Construcción (Cáceres) el regalo de una vivienda; tampoco sería mucho de extrañar que alguien inocente se proclame necesitador -así lo diría un argentino- de un cobijo permanente ante tanto culpable. El caso es que la persona responsable de este sector empresarial cacereño, ha declarado con evidente precisión: “que nadie espere que le regalemos una casa”.

Lo hizo aprovechando la presentación de un concurso de albañilería que se celebrará en Cáceres durante este fin de semana; pues muy bien, ya sabemos cómo opina el personal variopinto del norte de Extremadura ante noticias de este corte.

Goyo

06-jun-08