En el caso de que gane, el futurible líder popular extremeño, Javier Casado, ha señalado con voz clara algunas de las características que conoceríamos del PP de Extremadura. Por lo que recogen los medios, su actuación futura en estas tierras y con estas gentes se va a cifrar en «hacer una oposición a cara de perro contra el PSOE» y en «la lucha contra la corrupción» y «la mala gestión de los fondos públicos«. Estas serían las armas -según declara- para no obtener malos resultados y conseguir un PP más regionalista y reivindicativo; pues con el tipo de oposición que según él ha establecido el señor Floriano y que la califica de «buen rollito», las posibilidades de que el PP gane al PSOE en Extremadura son muy escasas.
Hace ya varios años, intercambié breves y aislados comentarios con el señor Casado, cuando ambos éramos columnistas habituales del «Extremadura» y aún guardo un trash back bastante valioso como persona adulta, correcta y educada.
Claro, este tipo de declaraciones me hacen dudar sobre el cambio: ya no sé si he cambiado yo, si ha cambiado él o si cambian todas las cosas y sigo sin enterarme. Debiéramos ser más creyentes en los tribunales si en verdad queremos luchar contra los supuestos de corruptelas y gestiones torcidas de los fondos públicos; al menos eso debo esperar de un buen abogado o de un buen político.
En mi permanencia -o eso creo, señor Casado- prefiero seguir recordándole con aquel talante que mostraba mucho antes de que el señor Rodríguez pusiera de moda el vocablo.
Goyo
26-jun-08