Qué ocurrirá mañana?
Llevo veinte días sembrando árboles cibernéticos. Algunas tareas de la casa las tengo abandonadas.
Incluso me ha impedido escribir sobre el tío de la mochila. Tampoco sobre la grandeza de Serrat.
He consultado los proverbios de Salomón y he buscado en los Salmos de David por si allí encontrase algún antecedente del principio “cada vivienda un árbol”; pero nada se consigna.
También he soñado que habían encontrado en las orillas del Mar Muerto una fatwa de Alí por la que se obligaba a que cada creyente de Alá tenía la obligación de sembrar un árbol en su vida.
También me hubiera gustado que me diesen noticias más hermosas sobre el emperador y me sobresaltan los telediarios con sus regueros de tanques sobre terrenos desarbolados.
¿Habéis visto…?, el Consejo de Ministros del último viernes no me ha hecho ni puto caso, se han dedicado a exponer la líneas básicas de la nueva normativa técnica para construir. Ni un renglón dedicado al árbol.
Menos mal que siempre acabo con buenas noticias: para el próximo fin de semana, el personal que se convocó para los macrobotellones está citándose en diversos descampados de diferentes provincias para plantar arbolitos.
¿Quién afirmaba que la juventud había dejado de ser sensible?
Goyo
20-marzo-06
Santa Eufemia. Eufhmia (eufemía) significa «palabra de buen augurio» (su contrario es blasfhmia (blasfemía), que significa «palabra de mal augurio», aquella que no debe ser pronunciada en las ceremonias religiosas).