Un obispo con hambre.

aldea.jpgÂ

Sigo sin decisión, quizá por falta de estudio, para asignar la culpabilidad esencial del deterioro ambiental al agua o al aire; es decir, al mejor disolvente líquido o al mejor difuminador gaseoso. Todo sea por quitarnos nosotros de en medio y echarle la culpa a la Física.Â

Parece que, después del acuerdo de mínimos de Bali, todos los esfuerzos van encaminados a reducir la emisión de gases que el aire con tanta bondad disuelve y con tanta malicia devuelve; pero yo creo que la Naturaleza se muestra más quebradiza ante las agresiones acuáticas que ante las poluciones atmosféricas. Así me parece que cualquier problema relacionado con los ríos, los mares o los pantanos, los tengo en mayor envergadura que los venenos que nos mandamos respirar. Lo creo tanto, que años atrás anuncié -jugando a las profecías inservibles- que antes de la mitad de este siglo, las guerras que se declaren tendrán como motivo básico el control de las fuentes de agua potable más que el control de las fuentes energéticas. El uso del agua potable,… del poco agua que haya o se fabrique con condiciones sanas.Â

Todo esto que antecede es para decir que un obispo brasileño, franciscano, lleva más de quince días en huelga de hambre y quiero apoyarlo y promover que pueda llegar a él el apoyo que nos merece.Â

Está muy lejos, y en la parte pobre de Brasil.

Goyo

19-dic-07

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.