La foto muestra la celda que disfrutó Al Capone,por evadir impuestos, en la prisión del estado de Philadelphia.
Nuestra cultura monoteísta y el tripartito descompuesto (Cristianismo, Judaísmo, Islamismo) no nos han servido para dulcificar el poder racional de los impuestos; interesa y tiene más seguidores la burla y el escaqueo que la disposición abierta a participar proporcionalmente en las cuentas públicas. Yo para esto soy muy político, me creo a pie juntillas que mis retenciones y mis tasas se destinan con acierto a fines sociales dignos; pero sigo creyendo que si aportáramos más en «proporciones sostenibles» esta sociedad se colocaría más cerca de la Justicia. No quiero dedicar tiempo a buscar y mostrar qué piensa la filosofía hinduísta sobre la evasión fiscal: parece apreciarse que la gente ibérica carece de debilidades teológicas orientales; ni siquiera se muestra débil en la tradición que cerraba a España mientras el caballo pisaba -eso sí, santamente- cabezas musulmanas. O sea, que tampoco occidentales.
Afincados en la cultura de la cristiandad europea, hay que hacer notar que la noción moral que tiene un protestante sobre la hacienda pública y la que tiene un católico-romano son concepciones extrañamente distantes: por ejemplo, los calvinistas contemplan la evasión de impuestos como un pecado gravísimo, mientras que la cultura ética del catolicismo no dedica grandes esfuerzos a labrar este terreno,…publicitan y se conforman con una cruz.
Ahora que parece haber crisis incluso de dineros comunes, convendría -no sé si cocinar o recrudecer- eso de los secretos, los datos y las informaciones de dónde están los capitales y de cómo se mandoblan para hacer caer el precio de los plátanos o acelerar el comercio del coltan. Incluso una cena en un avión privado puede ser la raíz de un desplome bursátil de dos grandes bancos de Signapur, por decir algo aparentemente alejado.
Los casos ya son muchos; Alemania (de cultura luterana) parece inclinarse por recopilar datos de capitales que caen en Suiza, en países de América Central, la evasión es el deporte de los adinerados y famosos,… incluso en los hábiles talentos constructivos.
Existe una «Red de Justicia Fiscal» que trata de poner en claro las ventajas económica y sociales que conlleva el uso de los impuestos en las sociedades modernas; y de cómo los bendecidos paraísos fiscales maldicen infiernos de hambruna y enfermedad.
He oído decir que está escrito, que aquí, en nuestra España uno de cada cuatro euros está fuera del control estricto de la Hacienda Pública y que con el alcance de la economía sumergida podría sacarse a flote
ambiciosas atenciones sociales,… pero nos va más confesar en privado. Total, con pocas avemarías consigues que te salga «a devolver».
Goyo
10-feb-10