No conocí a Enrique salvo en la foto que César y Ozeluí me mostraron. Están los tres sobre el acerado; es decir, sobre el puro acero de una calle madrileña,… creo que es el acero frío de una calle madrileña. Da igual. Es para reconocer que no fue radicalmente necesario reir con su aliento. Tras muchos días de convivencia ideológica, es imposible ser muy distinto, tan solo lo suficiente para rozar lo diferente y resbalar lo igual.
Tengo otra tercera oportunidad de expresar mi voto en su memoria: el blog que me despierta la envidia es el de Nacho Escolar, que lleva bajo el rigor del razonamiento comparado, el poderío de la memoria reciente, pasada, el dato ajustado, el broche conclusivo,… joder le salen las hojas acabadas.
También adoro a los alcaldes, más a los que tienen dedicado parte de su tiempo a escribir en la plaza pública de la difícil Sevilla; porque los trabajos de octubre y noviembre no deben ser abandonados, animo a Alfredo a seguir con su tarea de bloguero.
Goyo
20-ene-10