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Los premios de aquel Señor Alberto, fueron pensados para agradecer con dinero los esfuerzos de un trabajo aún poco comprendido: investigar y descubrir ciencia para agrandar humanidades.
Pero desde hace muchos años, los avances supuestos sobre verdades de la Economía, lo único que siguen asegurando es mayor beneficio para los beneficiados. Los descubrimientos se aplican y provocan mayores perjuicios a los perjudicados, en una constante ascensión hacia el maltrato dinerario, que es la cuna que mece a todo el abanico de posibilidades para caer en la maldición de ser «hombre/mujer de negocios» .
Ya no solo es lo que se opine con isótopos pesados, sino que parece que la vergüenza del Alfred Nobel ha quedado dinamitada. Que le quiten los premios a los aciagos, a los nefastos, a los ominosos,…o que lo devuelvan para recuperar prestigio, y declaren la Economía como ciencia maldita y esclavizante.
Y lo siento mucho.
Goyo
19-nov-10