Cuando a mà me concedieron la licencia real para pensar (Licencia en FilosofÃa firmada por el monarca Juan Carlos I) recorrà la memoria universitaria para re-conocer los pilares de mi ciencia adquirida y encontré que mi criterio subjetivo parecÃa basarse en los fundamentos de la Lógica y en los etéreos principios de la Ãtica.
En la Lógica, porque sufrimos el rigor de un profesor exquisitamente paritario: siempre hacÃa exámenes de cinco preguntas repletas de purÃsimas opciones, lo que implicaba que sólo podÃas obtener un cero, o un dos, o un cuatro, o un seis, o un ocho, o un lógico diez; amante que era de los pares. En pura lógica, nos enseñó a discernir que si es verdad que «casi el 10% de las mujeres viven sometidas en sus casas», no es obligatoriamente necesario que «casi el 90% de los hogares estén sometidos a la voluntad de las mujeres»; como tampoco se presenta conclusivo por complementario el enunciado: «casi el 90% de los hombres viven sometidos en sus casas». Por lo tanto, estas últimas proposiciones aunquen disfruten de una cierta carga de verdad posible, no adquieren ningún grado de obligatoriedad de certeza, como tampoco adquieren el carácter de falsedad radical. Luego, construir valores de juicio sobre lo posible, entra ya en el territorio de la Ãtica.
Ayer, la Asamblea de Extremadura se lanzó al reto lógico de comenzar a pensar con cierta proximidad al uso ético: los representantes polÃticos de los grupos de izquierda acordaron iniciar los trabajos para presentar un Código Ãtico que en algo conduzca las declaraciones públicas.
La señora Consejera Portavoz de la Junta de Extremadura, MarÃs Dolores Pallero, reclama que haya una regulación «para una mayor protección, que exista un lÃmite sobre todo con los que se dedican a la actividad polÃtica».
Debemos suponer que también los profesionales de las radios, de los blogs, de las teles, de los periódicos, de los sindicatos, …de cosa democrática, celebremos el intento, el esfuerzo y el fruto.
Hasta yo creo que tendrá bendición popular.
Goyo
22-dic-06