Eternamente escuela

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Ahora les digo que una vez defendí que si los maestros fuésemos como aquellos albañiles que trabajaban durante ocho horas, quizá el problema del fracaso se reduciría en algún algo… no tuvo éxito mi apuesta; mas bien me miraban como especie a punto de aparecer. ( Los albañiles aquellos están en peligro de extinción)

Ayer apareció en la prensa extremeña una sabrosa noticia síndico-docente que afirma que para atajar la problemática del fracaso escolar, una de las medidas sería la de reducir la jornada laboral del personal docente. (No se añaden más medidas de la anunciada serie).

El sindicato docente defensor de la propuesta, ANPE (curiosa sigla que incita a dudar de la mismísima Ortografía), además de decir que muestra su preocupación por el inicio del curso, por el fracaso escolar y por el acoso escolar, afirma que «tras las clases los profesores han de dedicar más de cinco horas semanales en sus domicilios para preparación de materiales didácticos, conocimiento, renovación pedagógica, etcétera.»

Por ello consideran necesario la reducción del horario de docencia directa tanto en Primaria como en Secundaria «precisamente para mejorar la calidad educativa», asegurando que «los países con menos fracaso escolar no son los que más docencia directa tienen».

Siendo que entonces parece que lo poquito agrada y lo mucho cansa, quizá por eso no tuvo en aquel tiempo -ni preveo que en futuro- mi propuesta de que un ratito más con los locos bajitos quizá se traduzca en alguna ventajilla social y educativa.

Goyo

19-sep-07

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