Era yo estudiante aplicado y obediente, cuando un sargento de la policía local de Cáceres nos subió a los pedestales noticiosos de la España -que quería ser pulcra por fuera a base de ser por dentro negra- por el hecho cierto de que una tienda de útiles de pintura expuso en su escaparate una reproducción de la Maja Desnuda de Francisco de Goya.
La cristiandad, siempre navegando en la espesa contradicción de «creced y multiplicaos» a ser posible sin contacto ni disfrute carnal, sigue haciendo crecer las ansias de búsqueda de lo humano: se pierden en la manera de dormitar de algunos padres bíblicos, se asombran cuando descubren la almohada del viejo rey David, se asustan cuando descubren que hubo Papas con sus correspondientes concubinas, rechazan que el goce carnal de algunos sacerdotes puede tener poco que ver con su comprometido ejercicio evangélico,… y levantan los brazos airados porque un pintor imagina la esencia conductual de aquel Nazareno que hubo de tener la «perfomance» sujeta a los dictados del «Azar y la Necesidad» de Jacques Monod.
Pero esto no es de ahora mismo, de esta España Zapatera, sino de la España de hace ocho años, de un folleto que la cultura oficial edita en aquel momento y llega la actual corte de la inquisición preelectoral y lo resucita: hay que intentar cargarse de antemano al futuro Alcalde de Badajoz.
J.A. Martínez Soler, en su habitual y alegre forma de analizar nuestras limitaciones cerebrales, nos ilustraba el otro día que la primera palabra más buscada en Google es «porno» y la segunda es… «prono» o sea, … la misma pero escrita con más prisa. Así que la búsqueda universal más íntima y extensa parece estar dirigida a lo que con mayor intención desea ocultarse; tendencia que, tras una breve reflexión, no nos debiera extrañar dada la condición original que al parecer nos impuso el Creador.
Dicen que hasta somos seso por el sexo y cuando falta el segundo desaparece el primero; y cuando evolutivamente se cuaja el primero, florece el segundo. Misteriosa cosa que sigue aconteciendo a diario con la cultura budista, mormona, bereber, sunita, hebrea, …
Ahora toca escandalizarse o presentar querella por un folleto de hace ocho años, por una canción de verano de un grupo teatral o por algún que otro acto, aspiración o regocijo de la Extremadura diferente a la que deseaba aquel sargento Piris y aquestos puros.
Yo, que no soy capaz de ser creyente por haber sido aplicado y obediente, sigo entendiendo cada vez con mayor nitidez la facilidad con que se cultiva el vicio de la hipocresía en las culturas monoteístas que tuvieron como padre común a un tal Abraham: mahometanos, judíos y cristianos; hijos del mismo padre en constante y mortal litigio, en permanente ejercicio de impiedad de unos contra otros y contra sí.
Por eso tiendo a la zona díscola habitada por la duda permanente; lo que me facilita y obliga a comprender a los nuevos cínicos.
Goyo
14-mar-07.