Bellotas de Buenos Aires.

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Al principio no quería, pero no ha tenido más remedio que obedecer: César ha tenido que ir a Argentina a llevarle unas bellotas a Sebastián Lorenzo. Las bellotas son de encina y de alcornoque, ambos árboles de la familia “quercus” y con fruto-semilla tan semejantes que a simple vista no existen diferencias. Yo, cuidadosamente, introduje unas en una bolsita y las otras en otra bolsita, las cerré y las diferencié con una pegatina que decía “encina” y con otra pegatina que decía “alcornoque”. Dentro iba un folleto explicativo y una cartita “para cualquier persona sensible”.

Y me twitea Sebastián demandando el proceder para que germinen las bellotas; y eso es lo que viene a continuación: 

 

  1. Se puede optar por sembrarla primero en maceta para después trasplantarla definitivamente al suelo o -mejor aún- procurar suelo donde crecerá definitivamente.

  2. El principal problema argentino de estas fechas es la proximidad de la estación del verano austral. Procúrese que la plantita, si germina, no sea expuesta a los rigores del verano. No requiere cuantiosa humedad, ni tampoco tierra selectivamente fértil.

  3. Para acelerar la germinación, podemos rociar con unas gotitas de agua el interior de una bolsita de plástico, cerrarla con una bellota dentro, sin sellarla herméticamente (debemos asegurar cierta transpiración) y esperar a que aparezca la raíz (cuatro o cinco días). Cuando aparezca la raíz y tenga más de un centímetro, es el momento para pasarla a la maceta provisional o al suelo definitivo. Repito, no enterrarla excesivamente. En su estado natural, la bellota cae sobre el suelo, enraiza y crece sin necesidad de taparla.

  4. En cualquier caso, tapar la bellota con no más de dos centímetros de tierra, es suficiente profundidad, regar para que la tierra se compacte y no abusar del riego sobre la maceta o sobre la tierra donde crece.

  5. Si brota en maceta, (de unos cinco litros de capacidad) podemos guardar la planta durante dos años. Al paso de ese tiempo deberemos proceder al trasplante definitivo o sobre otra maceta de mayor capacidad. Por eso es importante elegir una maceta tronconónica, que permita el cambio con la menor agresión radicular posible. Los “quercus” son especies arbóreas extremadamente sensibles al trasplante. Ha de hacerse el ambiente muy húmedo, (si es posible, cuando esté lloviendo) en invierno (es decir, en los meses argentinos de julio o agosto) pero nunca provocar encharcamiento.

  6. El crecimiento es excesivamente lento; algo más rápido en el caso del alcornoque.

  7. La madera de la encina es extraordinariamente dura, sirvió de siempre para acompañar al trabajo y a la herramienta rústica. Su combustión es muy energética y los manjares del horno de madera de encina es uno de los sellos de prestigio de la comida mediterránea.

  8. La corteza del alcornoque es el corcho, esencia de la preservación del vino. Una botella cerrada con tapón de origen plástico, es como una hamburguesa que se cuela en un churrasco pampero.

  9. Son los árboles “pobres” de nuestra tierra; bueno “pobres” para la gente pobre de espíritu y cultura, de esa gente que rebosa ignorancia.

  10. O sea, Sebastián, que si la Naturaleza nos ayuda, tus nietos tendrán y disfrutarán de un árbol histórico.

  11. Que sea por ell@s.

 Goyo

18-nov-08 

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