Siempre los ciudadanos de Madrid demostraron finura crítica con sus gobernantes. Hoy surge un ejemplo vivo que ratifica esta fama: un ciudadano observador ha contemplado, reflexionado y urdido una interpretación deliciosamente maliciosa, superando muy en mucho el prestigio del gobernante y del contratado. Del «Espejo de lo que somos» al «Espe jode lo que somos» hay algo más que una feliz ocurrencia o una desafortunada casualidad. Todo eso ocurre porque hoy he comenzado a viajar con el blog de Carmen y los túneles inundados de la M-30.
Mis envidiosas felicitaciones: hay gente que hace aguas por todas partes, no tenéis problemas de sequía.
Goyo
26-abr-07