Sigue la armonía del cielo azul del Valle del Ambroz, las sierras tapizadas de verde y las calles sombreadas de Hervás.
En este pequeño pueblo del norte de Cáceres, nos hemos vuelto a reunir los pocos que aún permanecemos creyentes de que «la Escuela es un Cambio permanente«, una tarea inacabada, siempre revisable, atenta a los patrones sociales que imperan, obediente a las necesidades y como consecuencia: revolucionaria.
Cada día de escuela es una oferta de revolución pacífica, ideológica, conductual, afectiva,… a lo largo del andar haciendo el camino, hay gente que se para a contemplar, a repetir, a disfrutar del trabajo bien hecho. Otros seguimos atacados y atados a la duda permanente que nos parece seguir siendo necesaria para mejorar. Somos los torpes y cansinos. Perdonadnos que no hayamos aprendido aún después de estos treinta y cinco años.
Goyo
06-jul-10
Una banderita para las maestras de La Navata (Galapagar)
