Cosas cambiantes

 

 

Siguen estudiando los que dicen que hace tiempo dejaron de ser estudiantes y su último estudio -que es pionero- ha sido publicado en la prestigiosa revista Scientific Reports. Dicen las conclusiones que ya tenemos una larga muestra de seres vivos que no solamente han modificado hábitos de vida, sino que parecen incrustarse las alteraciones en su código genético.

 

De esta manera, seguimos aprendiendo que animales y plantas cambian no sólo de comportamientos cotidianos, también adquieren adaptaciones para la supervivencia, en los procesos de ubicación de las poblaciones y en los mecanismos de reproducción. Así se ha corroborado que el genoma del salmón rosa ya no es el mismo, que un tipo de acacia australiana presenta una forma distinta de hoja o que algunas aves del Ártico tienen crías cada vez más pequeñas. Es la primera evidencia que vincula de manera indudable los modelos del cambio climático con las modificaciones epigenéticas, según explica el catalán Francesc Piferrer, jefe investigador del Institut de Ciènces del Mar de Barcelona y coordinador del estudio.

 

Se da entonces por cierta y sentada la evidencia de que las alteraciones persistentes del clima ocasionan y fijan cambios permanentes en las conductas vitales. Tales cambios se producen en seres vivos a los que se les somete, en los laboratorios, a una temperatura media superior entre cinco y ocho grados a su temperatura ambiental habitual; pero las observaciones del estudio está tomadas directamente de la realidad, que no llega a superar la media de dos grados.

 

Quizá este estudio explique, avale y certifique el caso de ese presidente al que le piden que aclare si es sí o es no y responde que ni sí, ni no. Quizá un largo, caluroso y seco verano nos pueda producir asfixia crítica y por eso me atrevo a preguntarme si, añadidos a las variaciones epigenéticas, físicas y comportamentales, pueden llegar a nuestra especie cambios obligados donde el cinismo sustituya al raciocinio.

 

Yo venía dudando hace mucho tiempo de nuestra seriedad argumental y humanística a la hora de responder con simpleza y rectitud ante asuntos que puedan ser complicados pero que requieren una respuesta clara; pero ahora, los cambios me afectan del todo y me ocasionan una duda que no la resuelve ni el primo de Rajoy.

24-oct-2017

Lunáticos y circadianos

 

Los profesores Hall, Rosbash y Young

 

 

Aunque no llueva, con octubre comienzan los galardones del Instituto Karolinska. Y han anunciado ya, que los profesores Hall, Rosbash y Young, deberán repartirse el casi millón de euros que supone el premio Nobel de Medicina y Fisiología, por haber descubierto los mecanismos moleculares que controlan el ritmo circadiano en los seres vivos. El ritmo circadiano es la medida de una especie de reloj interno del que disponen plantas y animales para adaptarse a las cambiantes condiciones derivadas de la rotación del planeta en que vivimos.

 

Hace muchos-muchos años, las culturas del pasado comenzaron a indagar -y a su modo descubrir- las condiciones favorables para el bienestar, el descanso y la salud derivadas del rutinario vaivén día/noche. En tiempos recientes, los estudios de alteraciones ocasionadas por vuelos transoceánicos que rompen con el ritmo habitual de la duración del día/noche, ponen en evidencia multitud de cambios fisiológicos, de ánimo y de equilibrio emocional que pueden aparecer como inexplicables. Ahora tienen ya su explicación científica. En un principio se achacaba la adaptación a un gen desconocido; ahora se ha corroborado que son proteínas concretas las causantes de las variaciones y adaptaciones de los seres vivos a los cambios que conlleva el movimiento de rotación de la Tierra.

 

También hace muchos-muchos años las culturas encontraron explicaciones en las alteraciones que a las plantas y a los animales les ocurría en función de las diferentes, cambiantes y rítmicas fases de la Luna: conviene trasegar el vino en cuarto menguante, sembrar las lechugas en creciente, mudarse de casa en luna llena y agradecer que las vacas se preñen en la luna nueva,… si se hace una herida en luna llena, tardará en cicatrizar y los ánimos chulescos se rebajan en menguante.

 

Repasando el mes de septiembre, la luna llena comienza a formarse a partir del día 28 y será repleta entre el seis y el siete de octubre. Como Cataluña seguirá dependiente de la Luna, el lunes ya estará en menguante; condición favorable para armonizar asuntos que se presentan dispares en los plenilunios.

 

Esta afirmación aún no está avalada por ninguna eminencia; pero atiende a la erudición profunda de cuando no había otra cosa en que fijarse que no fuese la clase magistral de la Naturaleza frente a una duda.

Por cierto, dediquen unos minutos a este vídeo.https://www.youtube.com/watch?v=q1l2ISoqu3c

09-oct-17

Las orejas

 

Los que estudian más que nosotros, detectan que tenemos y utilizamos otros sistemas de comunicación no basados en el lenguaje oral; y que estos lenguajes albergan y trasladan ideas y matices que somos incapaces de construir y trasladar con nuestras pobres palabras. Así, la forma de vestir, la manera de andar, sentarse o comer, la expresión corporal o las composiciones gestuales son otros lenguajes muy dignos de considerar. Si con apenas 30 tipos distintos de letras somos capaces de componer miles de palabras y sueños, imaginad los mensajes que pueden componerse con más de cuarenta músculos faciales; sin contar esos atrofiados que utilizaron nuestros ancestros para mover las orejas, aunque queda por ahí gente guay que sigue teniendo en uso los tres músculos auriculares de cada pabellón auditivo.

 

Nada como una foto para grabar mensajes gestuales. Cierto que es difícil congelar estas “conversaciones” pero la semana pasada tuvimos dos curiosos ejemplos para comenzar a entender el alcance de este tipo de comunicación. Conocen ustedes la bondad gestual de nuestro presidente extremeño; no solamente por su habitual semblante, sino que todo su corpachón la acompaña; pero las noticias y presencia de un ministro adversario aportando promesas añejas para un alargado futuro, provocan curiosas poses recogidas y publicadas por el periódico Extremadura.

 

Vayamos a las palabras. Según el señor ministro, “…estábamos en una situación en la que había muchas obras sin actividad pero también quiero decir que ahora sucede precisamente todo lo contrario…” O sea, que hay mucha actividad sin obras.

 

Concreta el mandatario anunciando que la carne en el asador se pone de forma que “las obras del tren de alta velocidad (AVE) finalizarán en el verano del 2019 y que la vía se electrificará en 2020”. Siendo así de precisos los anuncios, no sé a qué viene la espera desde el final del verano del 19 para comenzar a electrificar las vías en no se sabe qué estación del 20. Entendemos que la electrificación debería ser uno de los episodios menos cuantiosos en tiempo.

 

La duda que me presenta esta ignominia es la de si, aprovechando el señor Vara sus conocimientos forenses sobre cómo ejercitar los tres músculos auriculares de cada pabellón auditivo, está entrenándose para mover las orejas en la próxima visita.

 

Goyo

25-sep-17