Acrópolis

Partenón1

No temáis, no es la foto de la mala piedra griega, la imagen o la semejanza de la derruida ciudad que está en lo alto, desde donde se invitaba a los dioses a sentirse casi humanos para que los hombres pudiéramos llegar al Olimpo.

Esta noche fría me ha mostrado la oportunidad de recoger esta imagen para la reflexión; es la foto de una moderna carpa que el Ayuntamiento de mi pueblo ha instalado en la plaza del ferial para regocijo y protección de las fiestas de Carnaval.

En el frío negro de esta noche, alumbrado por el blanco frío del plástico y la luz, me lleva como al edificio más emblemático de la Acrópolis ateniense: el Partenón.

Sé que es un mensaje plastificado, soportado con columnas a las que el cinturón da estrecheces para olvidar la oronda cintura de Ángela. Entra y sale el aire, la luz y la ausencia por donde quieran apetecer. Puede soportar cualquiera de las promesas que las masas serviles recojan con fe tuerta; después se cerrará para la fiesta, las comparsas, los disfraces,… algo menos de frío, algo más de olvido, algo mucho de gilipollez social que sigue alimentando este seca invierno de herencias y desheredados.

Ya veis, sin buscar retorcidas patrañas, hemos compuesto un ánimo griego para despedir a la carne; iniciamos otra cuarentena.

Partenon

No nos indignemos, nos basta con seguir siendo torpes.

Goyo
17-feb-12

Un mártir para la primavera

suicidio

No hay trabajo. No llueve. Hace frío antiguo. No veo carcajadas. No veo billetes de cien euros,… Todo es a distancia; hasta el Santo Padre ha encargado una especie de curso a distancia para prevenir, alejar o curar eso de la “pede”; el curso podrá hacerse por Internet, porque allí, en ese profano sitio, también se buscan los billetes de quinientos, las risas, los calores, las aguas y el empleo. Todo está distante, o así al menos nos lo presentan, así que el título de la duda de esta semana parece hasta mal puesto.

En estos tiempos, el año pasado el litoral sur mediterráneo padecía un incendio social que a todos se nos presentaba imprevisible, que no sabíamos qué veríamos al verano; y pasó el verano y la guerra, y llegó el otoño y los nuevos gobiernos, que afectaron tanto al sur como al norte de ese mar tan nuestro y distante. Y los vendedores sencillos siguieron buscanso empleos, billetes simples y sonrisas de la gente de al lado.

La revolución entonces fue sembrada por un vendedor de verduras llamado Muhammad Bouazizi, que se roció de combustible y se prendió conscientemente. Cuando Bouazizi se quemó así mismo, -con todo lo que duele- prendió fuego a la primavera revoltosa del sur de nuestro mar; el norte del Mediterráneo, tan culto, tan clásico, tan clavado en la Filosofía Griega y en el Derecho Romano, permanece igual de sujeto a los caprichos de los directores del cambio de verduras por perras chicas. Lo que pasa es que aquí nos gustan más las hamburguesas con champán.

Todo el trabajo está distante y todas las aguas son lejanas. Los jóvenes despiertos dejan este muermo y navegan hacia la distancia de otros países sin Mediterráneo: nos han quemado el mar.

En esta península, el prometedor heredero de la herencia ahora nos dice que nos esperan dos años de pie, de quietud, de agacharse, de estarse quieto aunque duela,… así que lo mismo estamos esperando un mártir griego, o napolitano, o portuñol,… que nos despierte de esta anoxia tan bien diseñada.

Falta un mes aún; el tiempo no está lloveó, los santos siguen sin salir, por eso ya se me ha presentado la duda de si este año tendremos primavera.

Goyo
14-feb-12

Receta para el mes de junio.

DanielCohnBendit2005

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O entre todas y todos nos abrimos a la confianza incómoda de escuchar razones distintas, o conoceremos bien pronto que el partido político más poderoso y peligroso es el de la abstención. Ya no tenemos tanta «identificación con el Estado«, y se aprecia una clara tendencia en eso de»cada uno a lo suyo«.

Mientras seguimos pensando en mejorar, ahora que está lejos aquel mayo del 68, escuchad al rojo Daniel.

Goyo.
31-may-10