A la Luna

Fasesluna

Está de frente, al frente, … me parece que lleva como dos o tres horas sin dejarse caer al oeste. Una brisa dulce y portuguesa quizá la esté frenando.

Entonces flota en mi memoria el recuerdo de señor Ángel “Modelo”, que indagaba en mis supuestos saberes librescos. Lo hacía en presencia de mi padre porque quizá así entendían que eran los jueces y menos riesgos de torpeza lógica pudiesen cometer. Que por qué era tan redonda,… pero porqué variaba la forma,… que si era verdad que estaba muy arriba,… que por qué los indios de las películas del oeste contaban el tiempo así,… que porqué muchas historias de mujeres, de pozos, de cosechas o de traiciones tuvieron que ver con ella,…

Los movimientos, por lo menos son tres,…-les decía- pero que no se podía decir que fuese abajo o que estuviese arriba, y que era verdad que habían subido a ella –o bajado-. Y bebían agua fresca del barril mientras la seguían mirando y comentaban noches claras de enero en las que el cielo se blanqueaba y la tierra se pintaba de frío. Y se hilvanaban historias de ovejas perdidas, de vacas en parto y de luz colgando en el techo de la noche después de aquella tormenta inolvidable.

Es blanca y anaranjada, marfil y rojiza,… azul pálido cuando el azul violento viste al cielo a la hora del Ángelus.

Sigue cayendo a marcha ahora ostensible, decidida al inicio de la cuesta abajo, no ha llegado a Venus, se colocará pronto encima del bamboleante eucaliptus y permanece en su imperturbable forma a pesar del cambio de brisa tierna a viento flojo.

Todas las nubes que el atardecer fabricó recordando el paso de aviones, han desaparecido huyendo a lo invisible. Lo negro mantiene su estructura de ausencias de colores muy a pesar de algunos puntos que escapan de la oscuridad; y el agujero blanco, rechoncho y repleto de curvas, parece cada vez más apresurado por esconderse tras el Valle del Pompo.

Goyo
22-jul-10