Honestos

 

 

Ya saben que, cuando no conviene, a las encuestas no se le hace puto caso en espera de la encuesta verdadera y definitiva del día electoral, de cuyo resultado suele hacerse caso puto.

Ahora que vamos despacio, podemos fijarnos con quietud en lo que alumbran las últimas encuestas acerca de la preferencia o intención de voto y de cómo se distribuye entre los diversos sectores del campo político; para no cansarles en datos ni apuntarles enlaces del Gran Hermano que todo lo sabe, les resumo el asunto a mi modo de discurrir, que con eso de tanta duda que me abunda, lo propio es que tampoco saquemos mucho en claro.

En extracto, la brecha distintiva se reduce cada vez más, en lugar de un bipartidismo se ilumina un tetrapartidismo, el partido que más apoyos tenía es el partido que más apoyos pierde y los dos partidos que recibieron relativo y escaso apoyo están creciendo significativamente. Pero la sinopsis más valiosa de nuestra situación política se plasma con fidelidad en una sola palabra: hartazgo.

La hartura incluso comienza a causar efecto en la casa de la mayoría absoluta; dos concejales han abandonado lo que fue su partido porque sentían vergüenza de la situación externa e interna del PP, y lo hicieron porque ellos habían apostado por la honestidad. Una primera lectura parece decirnos que estas dos personas han encontrado la honestidad escapándose de la estructura partidista; una segunda lectura nos diría que ellos podrán pensar que los que permanecen están alejados de la honestidad. Una tercera lectura apunta a que los que quedan pueden ganar la honestidad cambiando las cosas desde dentro. Y una cuarta lectura señala que los que se quedan podrán acusar a los huidizos de deshonestos. Más lecturas no apunto pero sepan que las hay.

Leyendo en otras cartillas, cabe entonces pensar que si el partido que fue más votado sufre pérdidas hemorrágicas, habrá gente que piense que lo honesto es facilitar la sangría a la vez que otra gente entienda que lo honesto es tapar la puñalá aunque sea con trapos sucios de casa.

Y cuando observamos que hay también mucha gente percibe la honestidad huyendo de la Política; incluso defendiendo y ejerciendo la abstención en las elecciones, la duda gorda surge brillante: ¿dónde se escondió la honestidad?

 

Goyo

15-abr-13