Elogio a una gota.

gotaslimpias
.

Nos tienen tan invadidos los efectos y las causas que median en el ambiente, que a todo sacamos punta para llegar a parecernos gente sensata y naturista.

Yo estaba en un hospital público y requería utilizar el servicio; a cuatro pasos de entrar, aunque estaba indicado que era para varones, de él salió una mujer de la que ahorro descripciones para no perderme en la substancia de la anécdota. Creo que si los servicios públicos fuese de uso asexuado, tendríamos más cuidado con la higiene, con la mirada y con las huellas de postura y compostura.

El caso es que cuando entré, observé una hermosa y única gota sobre ese anillo ovalado que cubre la fría porcelana de la taza. Claro está, no puedo asegurar la procedencia ni la condición. Lo mismo, fue una gota altiva del grifo del lavabo que se había negado a seguir la espiral del sumidero; lo mismo, la gota procedía de una delicada sacudida de manos. A lo peor, era la gota imaginada,… me daba igual; el caso es que a pesar de la ignorancia, me produjo una serie de asociaciones a las que ninguna quise dar conveniencia.

Y entonces me evadí y desafié a los prejucios limpiando higiénicamente la gota e iniciando unos ripios; los primeros salieron tan gamberros que me los censuré. Y así os muestro la propuesta reeducada, que puede y debe copiarse y pegarse en la zona, puerta o pared más adecuada para su saludable lectura.

Y es que debemos iniciarnos también en los respetos a los ambientes íntimos y cercanos, de nuestra entera dependencia, que comienzan con la emisión de nuestros propios fluidos y materiales de desecho. No solo se alimenta el equilibrio con la compra, el uso o la transformación de las cosas artificiales.

Para la hembra y el macho
que utilice este servicio,
no ha de resultarle empacho
el consejo contra el vicio.

Con tan solo una gotita
en la tapa de la taza,
en que llega de visita
el uso normal rechaza.

Controla entonces el caño,
alíviate con decoro,
y deja el cuarto de baño
como los chorros del oro.

Por eso, si te conoces
y alguna gota se escapa,
para que no te den voces
debes levantar la tapa.

Termino con moraleja:
para que entienda la gente:
hasta la dichosa gota
es cuestión de medioambiente.

Naturalmenten el efecto mayor se consigue decorando el “poema” con una banderita de estas que tanto mola.

Goyo
01-oct-10
Bande