Bellotas para todos.

Encinavieja

La alegría que me ocasiona la noticia no me impide volver a recordar la tendencia indiscutible del arbolado de nuestras dehesas. Encinas y alcornoques extremeños acumulan edad y enfermedad, cariño y respeto, estudio e ignorancia,… pero inexorablemente caen en el deterioro que no solo el tiempo ejecuta sino que se añade la renqueante dedicación a su cuidado.

El arbolado de la dehesa y su estructura de hábitat equilibrado, al ser artificial su formación, requiere constantes atenciones que no pueden dejarle a la aventura de la Naturaleza.

Nuestras encinas se pierden a velocidad preocupante y, pese a los esfuerzos de los últimos diez años, las reforestaciones apenas equilibran las heridas forestales en campos y sotobosques.

Son hermosas las historias como la que cuenta la noticia de Alburquerque. Otras muchas más historias siguen grabadas en muchos pueblos con dehesas boyales; pero estamos haciendo poco para asegurar la permanencia.

Lo que a mí se me ocurre, y que llevo practicando desde hace 19 años, es promover la siembra «salvaje» de una bellota allí donde nos plazca, aunque no tengamos parcelita, aunque no sea nuestro el suelo. Extremadura es muy grande en huecos de campo que pueden albergar una nueva encinita. También desde las escuelas, donde la infancia se alecciona ella misma cuando descubre cómo una planta tan lenta en crecer constituye una nueva dependencia.

Volveré a sembrar bellotas en estos dos meses más apropiados: Noviembre y Diciembre.

Volveré a solicitar ayuda a las instituciones,

Volveré a insistir en la creación del hábito extremeño de felicitar el tiempo navideño enviando bellotas que se siembren allá donde tengamos a nuestros familiares y amistades.

Volveré a enviar bellotas a quien me facilite su dirección postal.

Gracias Alburquerque por volverme a despertar las ganas.

Bellotas3

Una banderita para Alburquerque
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Goyo
08-nov-11